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tres intervenciones de economía circular muy concretas, vinculadas a la idiosincrasia de cada uno de esos lugares. El objetivo es estudiar sus efectos no solo a través de variables económicas (puestos de trabajo generados, riqueza…) o ambientales (reducción de la huella de carbono, por ejemplo), sino también desde una perspectiva antropológica y etnográfica. Lo que se pretende con todo ello es, por un lado, demostrar el valor e impacto real de los proyectos de economía circular en las localidades rurales, y por otro, generar evidencias que faciliten luego la toma de decisiones a nivel político, industrial y comunitario. La iniciativa tiene mucho de experimento, admiten los responsables de Cotec. «Queremos ver qué funciona y qué no para desarrollar este tipo de iniciativas en un territorio y tener información de nivel científico y de calidad para poder generar políticas públicas», apunta Susana Mañueco. A través de una serie de indicadores, se podrá conocer al detalle la evolución de los municipios elegidos antes, durante y pasados dos años del desarrollo del proyecto. «Son intervenciones que, cuando se hacen en comunidades pequeñas, tienen un carácter sistémico, porque afectan a las propias relaciones dentro de la comunidad», añade en este punto Jorge Barrero. No es la única propuesta relacionada con la España rural que ha sondeado Cotec en los últimos meses. En colaboración con el CSIC, la Fundación estudia poner en marcha un estudio relacionado con la fabricación aditiva con tecnología 3D como nuevo paradigma de industrialización. Este trabajo fue seleccionado en la Convocatoria PIA 2022 y quiere conocer qué posibilidades reales tiene ese modelo de reindustrialización alternativo en los municipios
rurales, alejados de los grandes centros logísticos y de producción tradicionales.
La población rural y la tecnología
No en vano, en los últimos años España ha añadido a sus grandes retos como país el desarrollo rural. Pese al esfuerzo, la confianza en que la revolución tecnológica facilitará el desarrollo económico y social de las poblaciones rurales ha caído hasta nueve puntos porcentuales en un solo año (del 55 % al 46 %). El resultado se desprende de la V Encuesta de percepción social de la innovación en la sociedad española , que cada año realiza Cotec en colaboración con Sigma Dos. Por segundo año consecutivo, se ha contado con una muestra ampliada (7.540 entrevistas) para garantizar la representatividad de los resultados a nivel autonómico. La percepción empeora además en proporción al tamaño de los municipios. Mientras que más de la mitad de los residentes en ciudades de más de 400.000 habitantes confía en que la tecnología ayudará a crecer al mundo rural, esta confianza no supera el 36 % de respuestas en los municipios de menos de 2.000 habitantes. Es cierto que siete de cada diez habitantes de estas localidades pequeñas consideran que la innovación es positiva y más de la mitad se ve capacitado para competir en el mercado laboral del futuro, pero se muestran particularmente pesimistas con la pérdida de puestos de trabajo debido al cambio tecnológico. También crece en general el conocimiento del concepto de economía circular, que alcanza al 38 % de los encuestados, aunque este
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