'Anuario 2022' de Informe Cotec

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Rosa Llorente llegó como profesora al colegio público Ramiro Soláns (Zaragoza) en 2004. El panorama era desolador. Absentismo, conflictividad, desmotivación del profesorado. El fracaso escolar alcanzaba al 95 % de los alumnos. Los niños y niñas le decían a Llorente en clase que de mayores querían recoger chatarra y vivir de las ayudas sociales, un futuro inspirado en lo que veían en casa. Otros hubieran cambiado de destino a las primeras de cambio, pero ni a Llorente ni a sus compañeros se les pasó eso por la cabeza. La cultura de la queja no iba con ellos. Al contrario, fue un estímulo para aplicar ideas innovadoras y revertir la situación. Hoy el éxito educativo del colegio llega al 75 %. Los chicos y chicas que pasan por el Ramiro Soláns dicen que quieren ser profesores, médicos, inventores o policías. Han hecho suyo el lema del centro: «Vive tu escuela, atrévete a cambiar». El milagro del Ramiro es el resultado de muchos años de dedicación, esfuerzo, trabajo y compromiso del claustro de profesores, volcado con las necesidades de su alumnado. Su fórmula innovadora es aplicar la educación emocional en las aulas y conseguir que las familias participen en la educación de sus hijos e hijas. «Antes, familia y escuela no iban de la mano. Las familias ni se preocupaban de lo que hacíamos en el colegio. Simplemente traían a los niños a la escuela para no perder las ayudas sociales. Hay que ponerse en su lugar, hablamos de gente sin apenas

formación o incluso analfabeta», explica Llorente, que ahora es la directora del colegio. La mayoría de los alumnos y alumnas proceden de familias con ingresos bajos, población migrante o de etnia gitana. En los últimos dieciocho años, el claustro del Ramiro Soláns se ha mantenido fiel a una idea: la escuela debe contribuir de manera activa a romper las barreras de la exclusión social, fomentar la igualdad de oportunidades y formar a personas con las competencias necesarias para colaborar en la construcción de un mundo mejor. Las ideas innovadoras, siempre convenientes, se vuelven imprescindibles en tiempos de crisis.

El impacto de la pandemia

El primer contacto entre Llorente y Cotec se produjo en la primavera de 2020, en el marco del proyecto La escuela, lo primero, que movilizó a docentes y directores de escuela de toda España para buscar soluciones a los retos que estaba planteando al sistema educativo la pandemia de la covid-19, que provocaba nuevas brechas educativas al tiempo que ensanchaba las ya existentes. En esta iniciativa, impulsada por Cotec con la ayuda de la organización Escuela 21, participaron más de 200 docentes voluntarios de toda España. Trabajando en red, a través de laboratorios de ideas, profesionales como Rosa Llorente y su

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