Automatización, polarización laboral e igualdad socioeconómica
La drástica irrupción de la pandemia causada por la COVID-19 ha alterado por completo el normal funcionamiento de la economía en todo el mundo. El distanciamiento social impuesto por los Gobiernos para limitar la propagación de la pandemia, así como los nuevos hábitos de consumo adoptados por los individuos de manera voluntaria para evitar el contagio, han generado un efecto asimétrico sobre el mer- cado de trabajo. Por un lado, las ocupaciones más esenciales (servicios sanitarios, industria alimentaria, transporte de mercancías, etc.) se han visto reforzadas durante la pandemia. Por el contrario, numerosas actividades (restau- ración, alojamiento, entretenimiento, etc.) han sido cerradas o se ha limitado de manera sig- nificativa su ejercicio. En cuanto al resto de los trabajos, estos se han podido desarrollar, pero solo en la medida en que han podido realizarse desde el lugar de residencia. Esta asimetría ha hecho que los efectos de la pandemia sobre el empleo sean muy dispares. Por un lado, están los trabajadores que han mantenido su trabajo e ingresos mensuales durante la pandemia. Por el otro lado, están los trabajadores que no han podido trabajar y que, en ausencia de medidas compensatorias como el expediente de regulación temporal del empleo (ERTE), han perdido su trabajo. Así, los primeros datos a los que se tiene acceso indican que —de no mediar ERTE— los cam- bios relativos en el empleo entre los años 2019 y 2020 han sido significativos. En la Tabla 8 se observan grandes caídas en el empleo en las ocupaciones de la parte baja de la distribución (ocupaciones elementales, trabajadores cua- lificados de la agricultura, silvicultura y pesca, así como trabajadores de servicios y ventas). Por comunidades autónomas, estas caídas destacan en las Islas Baleares, Madrid, Cata- luña, Galicia, Comunidad Valenciana e Islas Canarias, todas ellas con descensos superio- res al 3 %. Dentro de ese mismo tramo salarial, Navarra, Asturias y Extremadura experimentan, por el contrario, importantes aumentos en el empleo. Por su lado, en la parte intermedia de la distribución salarial (trabajadores de artesa-
nía y oficios conexos, operadores de plantas y máquinas, ensambladores y trabajadores de apoyo administrativo) los cambios en general son moderados, aunque en Extremadura y Navarra el descenso del empleo supera el 2 %, mientras que en Cataluña e Islas Baleares el aumento del empleo supera igualmente el 2 %. En cuanto a la parte alta de la distribución (téc- nicos y profesionales asociados, profesionales y gerentes), resalta sobremanera el incremento del empleo en Madrid, Islas Baleares, Islas Ca- narias y Comunidad Valenciana, todas ellas por encima de los 3 puntos porcentuales. Cuando observamos los cambios relativos en el empleo por profesiones a nivel nacional, percibimos los siguientes hechos relevantes (ver Tabla 9). Los directivos y profesionales científicos e intelectuales aumentan su porcen - taje de empleo en el tramo medio y alto de la distribución salarial, mientras que los técnicos y profesionales medios aumentan su presencia en el tramo inferior y medio (en el tramo supe- rior apenas sufren cambios). Los empleados de oficina sufren pérdidas de empleo en los tres tramos, sobre todo en el tramo medio. En cuanto a los trabajadores de servicios y vendedores intermedios, hay una significativa pérdida de empleo en el tramo inferior de la distribución, todo lo contrario a lo que sucede con los agricultores, agropecuarios y pescado- res. Y mientras que los operarios experimentan importantes pérdidas de empleo en el tramo medio, lo opuesto ocurre con los operadores de instalaciones y máquinas. Por último, los trabajadores no cualificados pierden empleo en los dos tramos donde están presentes, el tramo inferior e intermedio de la distribución salarial.
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