Los sindicatos antes los retos tecnológicos

Los sindicatos ante los retos tecnológicos

cuanto a habilidades, sustituyendo el trabajo de maquinistas al tiempo que estimuló la demanda tanto de trabajadores poco cualificados como de los muy cualificados. Con el tiempo, la programación se convirtió en el modelo para la automatiza- ción industrial en el siglo XX. Sin embargo, como señala Noble, esta no era la única solución ni la más efectiva. El record-playback –también llamado “hacer para programar”– era igual de eficaz que el control numérico y hubiera puesto la programación en manos de los y las maquinistas, aprovechando su inteligencia, creati- vidad y criterio; en lugar de percibir su aportación como un multiplicador del error humano. Aunque ambos enfoques busca- ban reducir la dependencia de trabajadores muy cualificados, el segundo enfoque reducía el nivel de control ejercido por los ingenieros y la dirección sobre los trabajadores, mientras el primero lo aumentaba. Fueron las relaciones de poder del momento y las decisiones políticas de una serie de actores las que permitieron que un conjunto de intere- ses tuviera preferencia sobre el otro. En este sentido, se ha indicado que la Revolución Industrial tuvo un impacto en la fuerza laboral que también facilitó su organización y defensa. Por un lado, la revolución industrial afectó nega- tivamente a los niveles de empleo y, en su fase inicial, al salario real (Thompson, 1966). Por otro lado, el fordismo y el taylorismo, al concentrar grandes masas de trabajadores en el mismo lugar, también favorecieron el surgimiento del sindicalismo moderno, basado principalmente en el modelo de organización en fábricas. Como proceso social, el desarrollo tecnológico ocurre a lo largo del tiempo. Los economistas Chris Freeman y Francisco Louçã (2001) y Carlota Pérez (2003) hacen tres afirmaciones en cuanto a cómo sucede. La primera afirmación es que cambios en los métodos y herramientas utilizados en la economía tienden a concentrarse en torno a ‘revoluciones’ periódicas, en vez de seguir tendencias lineales e incre- mentales. La segunda es que hay un desfase de tiempo entre el inicio del ‘Big Bang’ de la innovación provocado por una revolución tecnológica y su transformación de la estructura socioeconómica. La tercera es que, para que una revolución tecnológica pueda producir beneficios valorados y comparti- dos para toda la sociedad, el marco institucional tiene que cambiar significativamente para hacer frente a las amplias implicaciones socioeconómicas de los nuevos tipos de activi- dad económica.

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