Los sindicatos antes los retos tecnológicos

Los sindicatos ante los retos tecnológicos

El número concreto de empleos que se verán afectados por estos cambios es objeto de un intenso debate académico. Un estudio conocido de Frey y Osborne (2013) estima que un 47% del empleo en Estados Unidos se enfrenta a un alto riesgo de automatización en los próximos años. Sin embargo, estu- dios más recientes han reducido considerablemente el número de empleos en riesgo de automatización. Por ejemplo, Artnz, Zierhan y Gregory (2016) estimaron que la proporción de empleos en riesgo en Estados Unidos sería de un 9%. Esta cifra sigue siendo preocupante, como Degryse también afirma, sobre todo porque esas pérdidas de empleo probablemente no sean distribuidas de forma equitativa. En un estudio reciente para la OCDE, Nedelkoska y Quintini (2018) afirman que una pérdida de puestos de trabajo de tal magnitud podría provocar disrupción en economías locales que podría ser varias veces mayor que el impacto causado por el declive de la industria del automóvil de Detroit en los años 50. La causa de la divergencia entre las desconcertantes estimaciones de Frey y Osborne y los números más moderados producidos por trabajos más recientes se basa en la relación entre las profesiones, tareas y competencias. Los estudios más recientes, anteriormente mencionados, identifican varios factores que podrían limitar o hasta cierto punto mitigar el ritmo del llamado desempleo tecnológico. Esto se debe a los denominados cuellos de botella que afectan a la automa- tización, esto es, una serie de tareas o trabajos que como consecuencia de sus características operacionales son difíci- les de automatizar con los conocimientos técnicos existentes. De acuerdo con el estudio de la OCDE, estas actividades incluyen la inteligencia social, como la habilidad para nego- ciar relaciones sociales complejas de forma efectiva, cuidar de otros o reconocer sensibilidades culturales; la inteligen- cia cognitiva, como la creatividad y el razonamiento complejo, y la percepción y manipulación , entendidas como la habilidad para llevar a cabo tareas físicas en un entorno de trabajo desestructurado (Nedelkoska y Quintini, 2018). El impacto del cambio tecnológico a nivel individual del empleado fue objeto de un estudio por Peng, Wang y Han (2018). Partiendo del enfoque de tareas de Autor et al. (2003), los autores examinan el efecto de las tecnologías de la información sobre los inputs de las tareas laborales, requerimientos de competencias y empleo de los trabajadores. Sus conclusiones confirman las afirmaciones de Nedelkoska y Quintini, que detallan cómo los trabajadores que realizan tareas rutinarias tienen una probabilidad más alta de ser

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