Revista Vivienda Infonavit Año 4, Núm 1 (Noviembre 2020)

Historias de mujeres en autoproducción de vivienda

La singularidad de la autoproducción de vivienda y del hábitat Mediante la autoproducción, la poblaciónmexicana de bajos, medios y altos ingresos ha satisfecho sunecesidad de vivienda. Agrandes rasgos, este proceso comprende la adquisicióndel terreno y la construcciónde la vivienda, generalmente a través del esfuerzo personal o familiar. En los barrios o pueblos, cuando los hijos o hijas forman su propia familia, abuelos, padres u otros parientes les permitenconstruir suvivienda enuna fraccióndel terre- no o, incluso, en la azotea de la casa familiar, esto último sobre todo en las regiones con alta densidad poblacional. Las redes familiares suplen la carencia de seguridad y, en ocasiones, apoyan durante períodos de desempleo o incapacidad. Es comúnque en la vivienda o el lote de los asentamientos populares se realicendiversas actividades económicas. Según la tipologíadeKellett (Kellet yNapier, 1995), paradiversificar los ingresos en loshogares sevende oproducedesde comidahasta componentes electrónicos. Otro aspecto que singulariza a la autoproducción es que las personas toman las decisiones fundamentales sobre su vivienda; construyen su casa para habitarla; aportan y administran los recursos económicos para hacerlo; y deciden qué espacios construir omejorar, qué material usar, cómo y con quién hacerlo, etcétera. Por lo general, además, cuando los recursos económicos son escasos, primero se habita y paulatinamente se construye. La autoproducción no es sinónimo de vivienda de bajos ingresos. Lo distintivo de esta forma de producir vivienda es que las y los usuarios participan en todas las decisiones: diseño, materiales, ejecutores, procesos, tiempos, etcétera. Desde la década de 1970, el gobierno federal brindó alternativas de suelo, urbanización y vivienda progresiva; primero a través del InstitutoNacional para el Desarrollo de laComunidad y de laVivienda (Indeco) y después con el FideicomisoFondoNacional deHabitacionesPopulares (Fonhapo). Lamentablemente, con la adopción de políti- cas para fortalecer el funcionamiento del libremercado se cancelaron los apoyos en esamateria.Medio siglo después de esas experiencias, el suelo en las ciudades es cada vez más escaso y caro, condiciones que, aunadas a la pobreza, han incentivado que la vivienda para la poblaciónde bajos ingresos se constituya en un recurso para apoyar el des- doblamiento familiar y se utilice como fuente de ingresos. En la práctica, durante el tiempo que ha funcionado el Centro de Apoyo Mejoremos, 2 se ha constatado otra singularidad: la persistencia de las mujeres para supe- rar obstáculos y acceder al financiamiento con el fin de mejorar sus condiciones de habitación. Según explica Massolo, el papel ampliado de madre-ama de casa “es un tramo legitimado de la presencia de la mujer en la calle y antesalas de las oficinas, porque es un ama de casa-madre preocupada por el bienestar de su familia” (Massolo, 1992).

En los próximos años, el principal desafío enmateria de vivienda será identificar soluciones financieras, técnicas y sociales para atender el déficit cualitativo del parque habitacional. De acuerdo con cifras del Banco Interame- ricano de Desarrollo (BID), en América Latina sólo 6 % de la escasez de viviendas es cuantitativa; el 94% restante responde a razones cualitativas (Adler y Vera, 2018). Atender el déficit cualitativo es un tema crucial en nuestro país. Millones de mexicanos, mayoritaria- mente pobres, han satisfecho la necesidad de habita- ciónmediante la autoproducción, utilizando sus propios recursos y prácticamente sin apoyo institucional. Las estadísticas revelan esta realidad: ► ► De un total de casi 32 millones de viviendas, se estima que 14millones se encuentran en rezago habitacional; cifra que equivale a casi 50% de las viviendas censadas (Inegi 2015a; Coneval, 2018). ► ► 64.2 % del parque habitacional ha sido autopro- ducido (Coneval, 2018). ► ► 57 %de los hogares se ubica en los primeros cuatro deciles de ingreso, colocándolos por debajo de la línea de pobreza (Coneval, 2018). ► ► 70 % de las personas que autoprodujeron su vivienda la edificó sin financiamiento institu- cional (Inegi, 2015b). La Ley de Vivienda promulgada en 2006 reconoció la producciónsocial deviviendaymandatóal gobierno fede- ral a generar instrumentos para apoyarla. Desde 2007, la ComisiónNacional deVivienda (Conavi) brinda subsidio paraque las familiasmejorenoconstruyansucasaenel lote que poseen. Este subsidio implica un cofinanciamiento, pues aplica la fórmulade ahorro + crédito + subsidio, junto con la asesoría, tal como está establecido en la citada ley. El subsidio resultó un incentivo poderoso paramejo- rar la habitabilidad. Al valorar el costo-beneficio que representaba obtener el apoyo, disminuyó la resisten- cia a la ejecución de mejoras que a primera vista quizá podrían parecer innecesarias. Por ejemplo, en el caso de una familia que se oponía a la ruptura de una losa para abrir cubos de iluminación y ventilación, la valoración del beneficio que supone el apoyo ayudó a que aceptaran hacerlo. Por si esto fuera poco, incluso las y los vecinos y parientes se animaron amejorar su vivienda gracias a los resultados que apreciaron. Por otra parte, es una excelente noticia que el Infonavit brinde un programa de autoproducción para los trabajadores que poseen un lote o una vivienda, sin condicionarlo a una hipoteca. 1 Con el fin de ayudar a comprender de mejor forma este proceso social, a con- tinuación se describen las particularidades operativas y conceptuales del proceso de autoproducción. Para ello se referirá a las historias que generosamente compartieron cincomujeres, y se finalizará con las principales reflexio- nes y aprendizajes quemotivaron estos relatos.

POR ELENA V. V. SOLÍS PÉREZ

Este artículo recopila las historias de cinco mujeres que autoprodujeron su vivienda, y cómo, a raíz de este hecho, cambiaron su vida. La recuperación de este proceso evidencia las peculiaridades del rezago cualitativo en materia de vivienda, de la realización de esta práctica con asesoría en proyectos personalizados y de la participación de la familia en la toma de decisiones.

► ► La autora es licenciada en Psicología. Puede ser contactada en el correo elena.solis@mejoremos.mx

112 RVI • año 4, número 1 • noviembre de 2020 • 9 páginas • ISSN 2594-0767 • Infonavit, México

113

Made with FlippingBook Publishing Software