Revista Vivienda Infonavit Año 4, Núm 1 (Noviembre 2020)

Cuadro 1. Información administrativa de tenencia de productos y servicios financieros en México (diciembre de 2019)

En el Panel B del Cuadro 2 se utiliza información de una muestra aleatoria de un millón de acreditados que reportan a dicha Sociedad de Información Crediticia, y en el que se llega a idénticas conclusiones. En el mismo sentido, la información derivada de encuestas complementa y reafirma los hallazgos. En el Cuadro 3 se muestran diferencias en el acceso y uso de productos y servicios financieros entre hombres y mujeres enMéxico, usando información de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) de 2018. Por ejemplo, las mujeres usan

las políticas públicas enfocadas a generar mejores con- diciones para la incorporación de las mujeres al sector formal deberían contribuir a disminuir las brechas de género. Para ello, una pieza clave es combatir la alta deserción en la educación de niñas y adolescentes, y no menos importante, contar con estrategias que supriman los prejuicios culturales y estereotipos sobre los roles de las niñas y mujeres en la sociedad. En cuanto al acceso al crédito, la evidencia sugiere

que, en general, lasmujeres acuden a fuentes no bancarias, entidades que posiblemente requieren de menos requisitos de identificación y docu- mentos oficiales para la apertura de una cuenta, como tiendas departa- mentales, entidades de ahorro y cré- dito popular —como se habíamen- cionado anteriormente—o incluso redes de apoyo como familiares o conocidos. Al analizar los datos de créditos originados por entidades bancarias y financieras, se observa una brecha de género positiva, la cual es de magnitud considerable si se trata de un crédito a la vivienda (80%). Además de los obstáculos ya mencionados para presentar garan- tías, otro factor que puede explicar este fenómeno es que las mujeres tardan hasta 10 años en solicitar un crédito hipotecario por diversas cuestiones (por ejemplo, unmenor ahorro en la subcuenta de vivienda dada la discontinuidad laboral por razones de cuidado o porque su pareja ya es titular de una cuenta de crédito a la vivienda) (Klapper, 2012). Por ello, la edad promedio de

la infraestructura física para la provisión de servicios financieros (sucursales, corresponsales o caje- ros automáticos) enmenormedida que los hombres. Una de las posibles razones detrás de su menor uso de los puntos físicos de acceso es que lasmujeres exhibenmenores nive- les de acceso financiero. Respecto de la tenencia de cuentas de depósito, se muestra una brecha de género positiva, y que la mayoría de la población que posee este tipo de acceso es para recibir transferencias socia- les (17 %), nómina (25 %) o para ahorrar (31 %). Los mismos datos descriptivos confirman la menor proporción de mujeres trabajado- ras en el sector formal, al asociarse a una menor tenencia de cuentas de nómina, lo que resulta en una brecha positiva de 63 %, y a las de pensión (brecha positiva de 25 %), ambas posiblemente por las res- ponsabilidades de cuidado.

Existe evidencia de discriminación hacia mujeres en el mercado de crédito. Las solicitudes enviadas por mujeres tienen una probabilidad 18 %menor de ser aprobadas, en comparación con solicitudes equivalentes de hombres

Fuente: CNBV.

Cuadro 2. Información administrativa sobre créditos

Panel A - Total de registros a diciembre de 2019

Panel B – Muestra aleatoria de un millón de acreditados, marzo de 2020

Por otro lado, es de esperar que, entre personas que trabajan en el sector formal de la economía, la tenencia de una cuenta de depósito sea alta (alrededor de 81 %), dado que probablemente reciben su remuneración a través de éstas. Es importante resaltar que, respecto de los hombres que tienen un trabajo formal, las mujeres que están en la misma situación laboral tienen mayor acceso a las cuentas de depósito (84 % frente a 79 %), por lo que, en estos casos, la brecha de género se revierte. Este dato resulta interesante, y al combinarlo con la información contenida en el Cuadro 2, indica que, si bien en general las mujeres tienenmenos acceso finan- ciero y a préstamos bancarios, una vez que el fenómeno se controla por su condición laboral formal, la brecha de género tiende a ser menos relevante. En consecuencia,

las mujeres para tramitar un crédito a la vivienda es de 30 años, mientras que la de los hombres es de 23 años (Martínez, 2020). Una variable fundamental para acceder a créditos es contar con un trabajo formal y la evidencia muestra que, en ese supuesto, la brecha de género es menos per- ceptible; es decir, la probabilidad para un hombre o una mujer de tener un crédito es casi igual cuando ambos tienen un trabajo formal. No obstante, tratándose de créditos a la vivienda, las mujeres con empleo formal enfrentan mayores obstáculos, por lo que la brecha de género alcanza casi 19 %. En cuanto al uso de los servicios financieros, al tener menos acceso, el uso por parte de lasmujeres también es menor en comparación con el de los hombres (Cuadro 3).

Fuente: Información de Sociedad de Información de Crediticia.

Se aprecia que, entre instituciones de banca múltiple y sociedades financieras de objeto múltiple (sofomes) vinculadas a bancos, el número de créditos y clientesmujeres es ligeramente menor que el de los hombres. Asimismo, el saldo total de los créditos otorgados amujeres es sen- siblementemenor, sugiriendo que losmontos promedio que se dan amujeres sonmás bajos. En el caso de intermediarios financieros no bancarios, el número de créditos y clientesmujeres resulta mayor, aunque, de nuevo, los saldos totales indican que sonmenores a los titulares hombres.

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Vivienda Infonavit • NOVIEMBRE 2020

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