¿Cuál puede ser el mejor momento para hablar con sus hijos sobre el alcohol? Los chicos a menudo están cansados después de una jornada escolar o de un evento deportivo, y ese puede no ser el mejor momento para iniciar una conversación. Piense en el horario de sus hijos y en cómo puede crear un momento en el que tendrá su atención exclusiva. Tal vez puede llevar a su hijo o hija a una cena tranquila o a algún lugar donde pueda iniciar cómodamente una conversación "cara a cara". LOGRANDO QUE SU HIJO O HIJA HABLE Los padres pueden sentirse frustrados por su incapacidad para conseguir que su preadolescente hable largo y tendido sobre cualquier tema. Juran que su hijo o hija tiene un vocabulario de "Bien, mamá", "No sé", "Como quieras", "Si a ti te parece" y "Ahora no" cuando se trata de conversación de los padres. "Volteadas de ojos" del hijo también pueden acentuar estas afirmaciones. Los hijos pueden responder de esta manera cuando están ocupados, cansados o simplemente no están de humor para hablar. Tal vez temen recibir otro sermón o que el padre o la madre empiece a fastidiar de nuevo. Los chicos pueden sentir que el padre simplemente no los entiende. Los padres necesitan respetar cómo se puede sentir su hijo y no forzar la comunicación en un mal momento. Deje el tema de lado y menciónelo más adelante. Trate de elegir un momento en el que su hijo esté abierto a hablar.
hijo o hija. Haga preguntas y trate de ser comprensivo. Esto hace que la conversación fluya más fácilmente cuando llegue el momento de hablar sobre temas "más pesados", como el alcohol. ¡Intente dialogar; no sermonear! Comparta sus propias experiencias y opiniones y cómo han cambiado a lo largo de los años. Al estar dispuesto a abrirse y compartir experiencias, también lo hará su hijo o hija. Mantenga distinciones entre hechos y opiniones. Diga algo como: "Mi opinión es... Esta opinión se basa en estos hechos y observaciones". Pregúntele a su hijo o hija qué piensa. Escuche y trate de entender sin ponerse a la defensiva.
Suspenda su juicio crítico mientras escucha atentamente. Este es probablemente el aspecto individual más importante de la buena comunicación.
A las personas les gusta hablar de sí mismas y de sus opiniones. Les gusta explorar la lógica y los detalles. ¡No les gusta que les digan qué pensar! Haga comentarios breves. Recuerde, no tiene que decir todo lo que se le viene a la mente. Los chicos tienden a desconectarse cuando los padres hacen comentarios grandes y radicales como "es terrible que los chicos se embriaguen". El silencio selectivo puede de hecho motivar a su hijo a hablar más y participar más en la conversación.
Hable todos los días acerca temas que le interesan a su
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