MODELOS DE INNOVACIÓN ABIERTA: UNA APROXIMACIÓN AUTONÓMICA
4.1. ¿Política científica o de innovación?
Aunque desde hace varios años los planes gubernamentales de ciencia e innovación están integrados en uno sólo, hay que tener en cuenta que no son una misma cosa. Por un lado, la política científica está concentrada en la promoción de la investigación para el desarrollo de conocimiento científico. Mientras que, por otra parte, la política de innovación busca crear un marco favorable para que nuevas ideas lleguen al mer- cado, bajo la forma de nuevos productos o procesos. En este sentido, es clara la relación entre ambas políticas dado que la generación de cono- cimiento científico puede ser una valiosa fuente de nuevas ideas para su utilización en actividades productivas. No obstante, una intensa activi- dad científica no garantiza una boyante actividad innovadora por muchos motivos. Uno de estos motivos son los problemas y obstáculos de la llamada trans- ferencia de conocimiento (Galbraith, 1990; Roberts, 2000; Dubickis y Gaile-Sarkane, 2017). El paso de un conocimiento científico nuevo a una aplicación práctica para fines empresariales puede estar plagado de barreras. Por otra parte, no todas las innovaciones tienen como origen la investigación y el conocimiento científico. Muchas de ellas tienen origen en el uso de conocimiento previo derivado de la experiencia acu- mulada en la producción, o la recombinación de viejo conocimiento para generar nuevos bienes o procesos. En este sentido, aunque la ciencia y la innovación están muy relacionadas, es importante tener en cuenta que el desarrollo de conocimiento científico no es una condición ni necesa- ria ni suficiente para el desarrollo de un sistema innovador. Dentro de los expertos entrevistados existió un marcado consenso en torno al hecho de que tanto Madrid como Cataluña han tenido tradicional- mente una política más “científica” que de “innovación”, mientras que el País Vasco se ha centrado más en el apoyo a la innovación. La política científica en Madrid ha estado muy ligada a la presencia de instituciones gubernamentales de investigación como Universidades y OPI’s (particular- mente el CSIC). El caso de Cataluña es similar, aunque esto se debe a una política científica más reciente que el caso de Madrid, que derivó en el impulso de las universidades (y creación de la Universitat Pompeu Fabra), así como la creación de potentes institutos de investigación como los Centres de Recerca de Catalunya (CERCA). Recientemente, ambas comuni- dades han tratado de virar hacia la política de innovación mediante el impulso de centros de investigación más relacionados con la transferen- cia de conocimiento. Cabe destacar en este sentido la creación del Centro Tecnológico de Cataluña (EURECAT) y de la red de Institutos Madrileños de Estudios Avanzados (IMDEA) en Madrid. EURECAT se constituyó en 2015
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