no simplemente como un centro de investigación privado. En este sen- tido, el caso de la política de innovación del País Vasco puede iluminar nuestra visión de futuro sobre el papel de los intermediarios del cono- cimiento, y sobre las oportunidades y retos que tal estrategia plantea. Iniciativas recientes de política de innovación están tomando este mismo camino, como es el caso de la Red Cervera (CDTI) que tiene precisamente la misma estrategia de doble apoyo: por un lado, financiar a las empresas para que desarrollen proyectos de innovación en colaboración con cen- tros tecnológicos a través del instrumento Proyectos I+D Transferencia Cervera; y, por otro lado, financiar directamente las actividades de los Centros Tecnológicos para fomentar su actividad como oferentes de servi- cios de innovación a las empresas a través de instrumento Ayudas Cervera para Centros Tecnológicos. Aunque esto es sin duda un buen comienzo, su papel dentro del Plan Nacional de Investigación Científica, Técnica y de Innovación sigue siendo marginal, al ocupar solamente el 5,6% del pre- supuesto (Plan de Actuación Anual, 2019). Finalmente, cabe plantearse en qué medida la crisis del Covid-19 afec- tará a los patrones regionales de innovación abierta. Aunque el trabajo de campo y el análisis estadístico realizado en este trabajo es anterior al estallido de la pandemia, los resultados obtenidos seguirán siendo válidos. Si acaso, como argumenta Chesbrough (2020), es previsible que la innovación abierta cobre todavía mayor importancia, no solo como meca- nismo para superar la crisis sanitaria, sino también como herramienta clave para la recuperación económica. De hecho, tras el estallido de la epidemia en China a finales de 2019, durante los primeros meses de 2020 hemos sido testigos de un aumento sin precedentes de la colaboración científica internacional para encontrar tratamientos y vacunas efica- ces (Guimón y Narula, 2020). Además de la colaboración científica, hemos visto también como los innovadores y emprendedores se han abierto a redes globales de innovación organizadas a través de plataformas digitales para el crowdsourcing de ideas y la colaboración a través de hackathons y concursos de ámbito global. Estas tendencias nos llevarían a pensar que están cobrando mayor importancia las redes internacionales de innova- ción abierta. Pero, al mismo tiempo, en el ámbito industrial es posible que cobren mayor importancia las redes locales, ante la restructuración de las cadenas globales de valor. La crisis ha puesto de manifiesto el riesgo de organizar la producción global en redes demasiado dispersas geográficamente, lo cual podría llevar a una “desglobalización” parcial de la economía mundial de la que algunas comunidades españolas podrían beneficiarse. Sin duda, la innovación abierta será fundamental en todos los sectores y comunidades a medida que emprendan la transformación nece- saria para hacer frente al nuevo panorama económico post Covid-19.
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