En 2015, los países miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas asumieron el compromiso de transformar el mundo al seguir un camino más sostenible, buscar la paz universal, combatir la pobreza y lograr que las ciuda- des estén hechas por y para las personas. La firma de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030 fue un llamamiento universal a favor de las personas, el planeta, la prosperidad y las alianzas (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD], 2015). En este tenor, ONU-Hábitat propone, a través de la Nueva Agenda Urbana (NAU), un cambio de paradigma en la planificación, gestión y diseño de las ciudades alrededor del mundo, buscando aprovechar las potencialidades que ofrecen las urbes, tales como la generación de oportunidades para el empleo, la innovación y la mitigación de los daños ambientales que provoca (NAU, 2016). Si bien es cierto que dentro de la Agenda 2030 se promueve la responsabilidad compartida entre todos los sectores (público, privado y sociedad civil), el sector público juega un papel crucial tanto como gestor de las
políticas públicas para su implementación como articu- lador de los agentes involucrados. Es así que los gobiernos subnacionales, particularmente los municipales, son la unidad política y administrativa más inmediata a las personas y sus necesidades para tomar acción en los retos para el desarrollo sostenible y próspero (Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal [Inafed], 2020). Al respecto, desde 2016, el gobierno municipal de Querétaro emprendió la labor de aplicar dichos compro- misos internacionales al contexto queretano de manera operativa y tangible. Este camino inició con un diagnós- tico integral de la prosperidad urbana, el cual dio sustento para definir los retos que enfrenta la ciudad y que pos- teriormente se plasmaron en la estrategia Q500 y en un plan de acción local, el Plan Querétaro 2050, para su cum- plimiento. En la actualidad, este plan ha avanzado hasta una implementación puntual traducida en programas y líneas de acción concretas en la actual administración pública municipal 2021-2024.
Figura 1. Ruta metodológica Plan 2050
Fuente: Elaboración Implan (2020), Gráfico 40.
A partir de la vinculación del Instituto Municipal de Planeación (Implan) con ONU-Hábitat en 2016, y con el fin de sumar esfuerzos en la materialización de la NAU y la Agenda 2030, se construyó una herramienta llamada Q500: Estrategia de Territorialización del Índice de Prosperidad Urbana, 1 documento que, como su nombre lo indica, busca llevar el suelo queretano a la prosperidad que nos hace imaginar la NAU. Para este fin se aplicó la metodología del Índice de Ciudades Prósperas (CPI), la cual elabora una radiografía de los aspectos que integran la prosperidad de una ciu- dad; estos, de acuerdo con ONU-Hábitat, se dividen en seis dimensiones clave: pro- ductividad, infraestructura de desarrollo, calidad de vida, equidad e inclusión social, sostenibilidad ambiental y gobernanza y legislación urbana (2015). Dentro de este análisis se pudieron visualizar los variados contrastes de la urbe queretana: si bien se exponen las ventajas competitivas que la distinguen, sobre todo en temas relacionados con la productividad, también permitió evidenciar las complejas problemáticas que se viven en el territorio municipal, no solo para lograr cumplir con
122 Vivienda Infonavit • JUNIO 2022
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