Además, y de acuerdo con la misma base de datos, México se ha mantenido con una recaudación como porcentaje del PIB con pequeñas variaciones entre 0.2 y 0.3% desde 1990.
Figura 2. Impuesto predial como porcentaje del PIB en México
Elaboración propia con base en información de la OCDE. Consultada en: https://compareyourcountry.org/ tax-revenues-global/en/0//ranking/
La inversión en tecnologías
Aunado a lo anterior, los municipios mexicanos tienen una alta dependencia financiera de las participaciones y aportaciones federales. Por ejemplo, en 2012, en promedio, 73% de los ingresos totales municipales fue por estos rubros; y del 27% de ingresos propios, 66% fue por impuesto predial. Es decir, 18% de los ingresos totales. Vale la pena aclarar que, en dicho año, 28% de los ingresos nacionales por predial provinieron de la Ciudad de México (entonces conocida como Distrito Federal); 13% del Estado de México, 8% de Jalisco, 6% de Nuevo León y 45% del resto del país (Banobras, 2012). Con el fin de atender esta situación, desde hace algunas décadas se ha invertido en procesos de modernización catastral, tanto por estados y municipios –de forma indi- vidual– como por el gobierno federal a través de programas específicos, así como con inversiones mixtas. 4 Por esta razón se puede plantear la hipótesis de que los esfuerzos por la modernización catastral no han tenido los efectos esperados, al menos en el período mencionado. 5 Si bien en algunos municipios y estados el impacto de la modernización ha sido significativo, sobre todo en aquellas localidades con gran rezago en la recopilación de datos y con alta presencia de contribuyentes omisos, pareciera que, de acuerdo con la gráfica del impuesto predial como porcentaje del PIB en México (Figura 2), en el contexto nacional se ha reflejado con menor intensidad. Sin duda, la inversión en tecnologías es fundamental, sobre todo ahora que sus cos- tos se han reducido, ya que permite contar con información precisa para el cobro del impuesto y su base, así como para el diseño de otros instrumentos de financiamiento, como la transferencia de derechos, las contribuciones por mejoras, la venta de poten- ciales de intensidad, etc. Por lo anterior, si bien la inversión en tecnología es positiva, pues permite modernizar procesos y facilitar gestiones, no resuelve el problema de la cobranza del impuesto. Para mejorar la recaudación es necesario concentrarse en las cuestiones vinculadas con la valuación y la política fiscal.
es fundamental, sobre todo ahora que sus costos se han reducido, ya que permite contar con información precisa para el cobro del impuesto y su base, así como para el diseño de otros instrumentos de financiamiento, como la transferencia de derechos, las contribuciones por mejoras, la venta de potenciales de intensidad, etc.
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