Experimentación en las políticas públicas

LA EXPERIMENTACIÓN EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

Por esta misma razón, la escala de las eviden- cias propone fortalecer su validez favorecien- do la replicabilidad de los experimentos, de manera que las políticas públicas que estén basadas en múltiples experimentos, en dife- rentes contextos y con revisiones sistemáticas y metaevaluaciones tendrán una base más sólida que aquellas que están basadas en una única prueba. Por ello, es necesario completar las conclusiones de los experimentos con in- formación proveniente de otros experimentos similares, y realizar una valoración en conjunto sobre la viabilidad y factibilidad de poner en marcha una determinada política pública. 2.6. La experimentación en la práctica Con todo lo que se ha señalado, los experi- mentos en políticas públicas suponen una poderosa herramienta para el diseño, puesta en marcha y promoción de políticas públicas innovadoras basadas en la evidencia. Subsis- ten, sin embargo, algunos elementos que, en términos prácticos, son de importancia a la hora de poner en marcha este tipo de iniciati- vas. En primer lugar, la necesidad de establecer los adecuados marcos de referencia y colabora- ción para la puesta en marcha de experimen- tos públicos. Los experimentos públicos se desarrollan en el mundo real y, por lo tanto, son muchos los condicionantes que afectan a su viabilidad. En muchos casos, la puesta en mar- cha de experimentos puede verse facilitada por el establecimiento de sandboxes, que permiten entornos controlados para la experimentación y la evaluación de los resultados.

2.5. La aplicación de re- sultados de la experi- mentación pública La realización de experimentos mejora la ca- lidad de las políticas públicas al proporcionar robustez empírica a la teoría del cambio aso- ciada a ellas. Cuanto mayor sea esta robustez, mayor será la fortaleza con la que se pueden confirmar las hipótesis que acompañan a una política pública, mitigando el riesgo de poner en marcha políticas públicas no basadas en la evidencia, con escasos efectos o mal diseña- das. Sin embargo, el uso de esta evidencia en el de- sarrollo de políticas públicas no es automático, pues hay aspectos que deben ser adecuada- mente considerados. En primer lugar, se debe tener en cuenta la validez externa de los experi- mentos: una política pública desarrollada en un determinado contexto puede no tener validez fuera de ese contexto, por múltiples motivos. Puede que el entorno regulatorio, sociocultural o económico sea lo suficientemente diferente como para invalidar la eficacia de una extrapo - lación automática de los resultados. El progra- ma de apoyo escolar que ha funcionado en un país del norte de Europa puede no hacerlo en un país del sur, de manera que, a la hora de aplicar los resultados, estos condicionantes se deben tener en cuenta. Según Cartwright y Hardie (2012), hay tres elementos que nos pueden hacer pensar que un experimento desarrollado en un contexto pueda ser válido en un contexto diferente:

• La política pública juega el mismo papel en un sitio y en otro.

• Existen los mismos procesos de apoyo.

• Los resultados del RCT son robustos.

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