3. Conclusiones
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3. Conclusiones
El progreso de una sociedad moderna depende cada día más del talento del que dispone. Conocedoras de los bene- ficios que conlleva la utilización del talento, las empresas, las instituciones, los países y las regiones compiten por el talento disponible y tratan de cuidar las condiciones que lo hacen más presente y más útil. De ahí que se hayan realiza- do recientemente esfuerzos por medir su nivel y evolución, con el fin de constatar su contribución al desarrollo econó- mico de un país. Entre ellos destaca el Índice Global de Competitividad en Atracción y Retención de Talento del IN- SEAD (GTCI, por Global Talent Competitiveness Index ), pu- blicado desde hace cinco años y que sitúa a España en su última edición de 2018 en la posición 31.ª de un total de 119 países. La consideración del talento como factor productivo y de competitividad de cualquier persona, empresa, institu- ción o territorio explica la conveniencia de medir su nivel y su contribución al progreso de una sociedad. El índice compuesto contiene seis grandes pilares de indicadores territoriales que describen la facilidad para ge- nerar, atraer, desarrollar y retener talento, así como la dis- ponibilidad de capacidades técnicas y de instituciones de excelencia generadoras de conocimiento, que contribuyan a acrecentar el impacto de su utilización sobre el nivel de progreso de las sociedades. La elaboración del GTCI se basa en un modelo input-ou- tput que combina los elementos necesarios para aportar talento ( inputs ), reflejados en los cuatro primeros pilares ( Facilitar ; Atraer ; Crecer ; Retener ), con los niveles de talento alcanzados ( outputs ), recogidos en los dos últimos pilares ( Capacidades y vocaciones técnicas y Conocimiento ). España ocupa el puesto 31 en el ranking internacional detrás de 19 países europeos, seis del extremo oriente, dos norteamericanos y tres del oriente medio. Este puesto es muy parecido al 32 que le otorgan las estadísticas inter- nacionales en Producto Interior Bruto per cápita, si bien no sucede igual con países que se sitúan delante de España en el GTCI pero por detrás en el de renta per cápita. Esta circunstancia debería preocupar a España por cuanto que el ranking de talento terminará por influir cada vez más en el futuro ranking en términos de renta por habitante. España no es líder en ninguno de los seis pilares que constituyen el GTCI, ni en el conjunto de 119 países analiza- dos ni tampoco entre los de su área geográfica (Europa) ni
en el subgrupo que componen los países que forman parte de su nivel de renta por habitante. Entre los indicadores de inputs de talento, destaca li- geramente en capacidad de crecer y algo más en retener talento, que en generarlo o atraerlo desde el extranjero o internamente a través de la integración social de los colec- tivos más desfavorecidos económicamente. Todo apunta a que existe espacio para la mejora en las condiciones facilitadoras de la generación de talento, así como en las de su atracción, si bien es cierto que, una vez se cuenta con él, España consigue acrecentarlo y retenerlo a través de unas condiciones satisfactorias en calidad de vida. En cuanto a los resultados de talento, existe la capa- cidad de mejora en materia de formación, profesionalidad y empleabilidad de los niveles intermedios, mientras que la educación universitaria ha alcanzado los niveles que se corresponden a su posición relativa en el ranking global. De los resultados que se han presentado, se desprende que España necesita abrirse a la entrada de talento exterior en su sistema productivo y en sus instituciones. La mayor internacionalización de las empresas españolas como con- secuencia de la reciente crisis económica las ha abierto parcialmente a la incorporación de talento del exterior. Sólo con la evolución posterior hacia empresa multinacional se conseguiría incorporar talento extranjero entre los cuadros directivos tal y como se observa en las empresas de los países mejor situados en el ranking GTCI. Del mismo modo, es importante que se abran las instituciones -las universi- dades, centros de investigación o tecnológicos- a facilitar la incorporación de talento extranjero eliminando barreras administrativas, sociales o idiomáticas que lastran el pro- greso de los territorios. Descendiendo al detalle de los subpilares, en el primero de ellos, relativo a las características que facilitan la crea- ción de talento, España muestra debilidades notorias en las relaciones administración-empresa, así como en la estabi- lidad política. Igualmente, se observa capacidad de mejo- ra en materia de utilización de la tecnología y en materia laboral en la que existen dificultades para contratar, para conducir las relaciones laborales así como para vincular la productividad con el salario. Alguna fortaleza relativa se observa en la efectividad de la administración, las infraes- tructuras TIC o la intensidad de la competencia.
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