La evolución reciente de la participación española (en términos de solicitudes encabezadas por una persona o entidad radicada en España) muestra, como en el caso de la producción científica más arriba comentada, signos de estancamiento durante el periodo. En torno a un tercio de las solicitudes fructifican en una concesión, tras un proceso de varios años. Aunque las conce- siones son las patentes efectivas, las solicitudes representan un indicador muy valioso acerca de la actividad inventiva: primero porque reflejan la situación más actual, más vinculada al año de referencia; segundo porque, al tratarse de un proceso complejo y oneroso, la solicitud de patente refleja confianza y expectativa en un resultado innovador, lo cual refleja un interés y una capacidad innovadora incluso aunque no concluya con una concesión. Para ilustrar la evolución en el peso que los países tienen en la innovación, se muestra ( figura 1.18, página anterior) la compa- ración entre los porcentajes sobre el total de solicitudes corres- pondientes a los años 2012 y 2016. La solicitud se atribuye al país en el que está radicado el primer solicitante. Estados Unidos en- cabeza la lista según la cuota de solicitudes y además gana cuo- ta; Alemania, Reino Unido y Japón, por el contrario, pierden peso relativo. Corea del Sur, aunque pierde dos posiciones, incrementa su cuota, acompañada en este periodo de Países Bajos. En las patentes europeas también se detecta el crecimiento de China, que gana tres posiciones, si bien en un nivel inferior al exhibido en la producción científica. India y Dinamarca suben ambas dos posiciones. España siguió ocupando en 2016 el puesto 17º en la lista, aunque registra un leve aumento de su cuota en relación con el año 2012. Comparado con otros indicadores socioeconómicos, incluso por su capacidad científica, parece ocupar un lugar bas - tante inferior al que debería aspirar. Esta apreciación toma mayor fuerza al relativizar el número de solicitudes respecto a la pobla- ción de cada país (tabla 1.1). En número de patentes por millón
de habitantes en España descendió en 2016 tres posiciones hasta la 27ª, con 32,1 patentes por cada millón de habitantes, que debería multiplicar casi por diez para situarse al nivel de Alemania o de los países nórdicos y casi por treinta para sustituir a Suiza en el primer lugar de la lista.
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