ARTÍCULO TÉCNICO
LARESILIENCIAY ELMANTENIMIENTO
Orlando Durán Acevedo Profesor Titular, Doctor en Ingeniería Mecánica. Escuela Ingeniería Mecánica Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Chile
- Perturbación interna
La resiliencia es la capacidad de recuperarse o ajustarse fácilmente a una desgracia o a un evento disruptivo. El con- cepto de resiliencia nace en el campo de la Ecología en 1973 y luego se extiende a diferentes áreas del conocimiento y de la actividad humana: la industria y a la sociología, entre otras. Hoy en día, puesto que vivimos en un mundo globali- zado y conturbado, rodeados de un contexto VUCA (Vulne- rability, Uncertainty, Complexity and Ambiguity) es impera- tivo garantizar que nuestros sistemas sean resilientes y que estén alineados con los objetivos de alto rendimiento y de sostenibilidad. Los costos debidos a las interrupciones de redes servicios básicos, cortes en cadenas de suministros y en líneas de pro- ducción son inconmensurables. Es fundamental, por lo tanto, que todas las organizaciones, sociales, técnicas, privadas y públicas inviertan en mayores niveles de resiliencia. Estas inversiones deben proteger nuestros activos ante cualquier adversidad. Hay reportes en la literatura que declaran que, en economías emergentes, por cada dólar invertido en resilien- cia, se obtendrían 4 dólares en beneficios como retorno. Diversos autores han escrito e investigado sobre la resilien- cia en sistemas de ingeniería. Un sistema de ingeniería pue- de ser considerado si presenta capacidades de anticiparse, absorber, adaptarse y rápidamente recuperarse ante la exis- tencia de un evento disruptivo. La ASME define la resiliencia como “la capacidad de un sistema de soportar un evento dis- ruptivo, tanto interno como externo, sin discontinuidades en la realización de su función, o si dicha función es perjudicada, recuperarla completamente y de manera veloz”. En cuanto a las perturbaciones, estas pueden ser clasificadas como ex- ternas o internas: - Perturbación externa Este tipo de perturbación es causada por factores externos al sistema (climáticas o problemas en algún proveedor, por ejemplo), por lo que es clave el que el sistema cuente con la capacidad de detectar y desarrollar acciones correctivas apropiadas. No está de más decir que, el hecho de que, si la magnitud de una perturbación potencial no puede ser predi- cha, asegurar la resiliencia es un verdadero reto.
Se define como una alteración de la función o la capacidad de un sistema, el cual se manifestará en falla de componentes que lo conformen. Este tipo de perturbación puede ocurrir por agentes humanos, sistemas automatizados o una combinación de estos. Observando dichas definiciones, la resiliencia, como una mé- trica considera dos dimensiones: la del desempeño, que con- siste en una medida del valor de la pérdida en el nivel provisto por la función del sistema (nivel de servicio, throughput, etc.) y la temporal, que básicamente considera la duración y la fre- cuencia del o los eventos disruptivos. Se puede decir también que la configuración de un sistema constituirá la que podría- mos llamar de resiliencia intrínseca, mientras que la segunda, aquella que queda definida por los recursos invertidos en el sistema, puede ser llamada de resiliencia dinámica. El concepto de resiliencia asume la existencia de incertidum- bre y, por lo tanto, la presencia de riesgo. La norma ISO 31000 define riesgo como "el efecto de la incertidumbre sobre los objetivos". Por lo tanto, y dada la existencia de incertidumbre, la medición y/o estimación de la resiliencia es menester. Esta tarea exige la existencia de mejores modelos para cumplir este objetivo. Para que un sistema despliegue toda su resiliencia, se de- ben considerar dos factores vitales: su estructura (taxono- mía) y los recursos que posee para mantenerla o mejorarla (estrategias). Es decir, la resiliencia de todo sistema que- dará supeditada a su configuración (combinación de dis- posiciones en serie, en paralelo, redundantes, etc.) y a los recursos disponibles para su operación (principalmente re- cursos para el mantenimiento y para la gestión de activos). De esta manera podemos asegurar que la mayor parte de los recursos dispuestos por la organización en favor de mantener o elevar los niveles de resiliencia están relacionados con la fun- ción mantenimiento. Es allí donde se despliegan los mayores esfuerzos para garantizar la continuidad operacional, a través de equipos humanos especializados para la prevención y rápida reacción ante las fallas y detenciones inesperadas, la existen- cia de repuestos y útiles que permitan la rápida recuperación
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