CAPÍTULO 2 ICYD 2023

que necesitan en sus trabajos (una cifra muy similar a la del porcentaje de sobrecualificados que se ha mencionado con anterioridad a partir de las estadísticas del SEPE o Eurostat para el año 2022). Adicionalmente, es relevante destacar que el 48% de los encuestados cree que la formación universitaria tiene poco o nada que ver con las demandas del mercado (53% para los graduados universitarios).

Los datos anteriores reafirman el debate actual sobre la necesidad de mitigar la desconexión que percibe la sociedad española (incluyendo especialmente el colectivo de los egresados y los empleadores) entre la formación académica recibida y su encaje en el mercado laboral. Es necesario encontrar vías que fortalezcan una colaboración más estrecha de las universidades con los empleadores, empresas y sector público. Algunas de los canales más

habituales son las prácticas en empresa, pero parecen no ser suficientes. Es imperante explorar con mayor profundidad otras iniciativas como el diseño conjunto de planes de estudios, la formación universitaria dual, así como una mayor relación entre la formación profesional y la formación universitaria, estableciendo pasarelas que faciliten la transición entre diversos niveles e itinerarios de aprendizaje. Para ello es necesario que las universidades, sobre todo las públicas,

puedan mejorar su gobernanza, en el sentido de que dispongan de mayor autonomía en la organización de sus estructuras internas, estén menos reguladas, gocen de mayor flexibilidad a la hora de acreditar y evaluar titulaciones para poder adaptarlas rápidamente a las necesidades del mercado y puedan apostar más decididamente por formatos híbridos u online .

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