ANEXOS
Sin embargo, más allá de las barreras señaladas para una reutilización generalizada de las aguas regenera- das, es necesario un enfoque más amplio e integrado de la Economía Circular del agua, enfoque que ha de afrontar diversos retos, como se señala a continuación. A.5.3 Retos pendientes para una Economía Circular avanzada del agua Integrar las aguas regeneradas en una planificación hidrológica sostenible Es evidente que las aguas regeneradas constituyen un pilar básico en cualquier propuesta de Economía Circu- lar. No obstante, la aplicación aislada de actuaciones de reutilización de aguas regeneradas puede causar efec- tos no deseados. En primer lugar, la regeneración de aguas residuales, en tanto que medida de oferta, incrementa los recur- sos disponibles, lo cual puede inducir de forma indirec- ta el incremento de la demanda o, al menos, no favo- rece medidas de contención de la misma. El resultado, es que los beneficios potenciales de la reutilización, en relación con la reducción del déficit hídrico o de la presión sobre los ecosistemas naturales, pueden verse neutralizados por un aumento general de las deman- das hídricas. En segundo lugar, la reutilización directa de las aguas regeneradas, sin que tales caudales se devuelvan al ciclo natural (ríos y cauces públicos), puede tener un efecto negativo sobre los caudales circulantes y los ser- vicios ecosistémicos de los mismos, especialmente en ámbitos como el sureste, donde el retorno a los ríos de las aguas depuradas puede constituir una proporción significativa de los caudales circulantes. Con el fin de evitar tales efectos no deseados, las aguas regeneradas deben incorporarse en el marco de una planificación y gestión integrada y sostenible de todos los recursos y demandas de agua. Esta planificación integrada debe garantizar que la reutilización contri- buya a mejorar la sostenibilidad general del agua y a reducir las presiones sobre los ecosistemas . Para ello, la planificación a escala de cuenca debe es- tablecer los objetivos y destinos de los caudales reu- tilizados teniendo en cuenta todos los usos y recursos disponibles , con el fin de evitar la generación de expec- tativas en las demandas y garantizar los caudales eco- lógicos y resto de requerimientos de la Directiva Marco del Agua. De esta forma, la utilización de aguas regene- radas para sustituir otros recursos debería traducirse en una liberación de los mismos que permita por ejemplo mejorar los caudales circulantes en los ríos. En definiti-
va, se trata de implementar la Economía Circular como un mecanismo para, entre otros objetivos, minimizar el consumo de agua en todos los procesos económicos (agrarios, industriales o de otro tipo), así como en los usos urbanos. En coherencia con este reto, es funda- mental aplicar no solo criterios de eficiencia (ahorro de agua por unidad de producto o servicio unitario gene- rado) sino también criterios de eficacia (reducción de la captación bruta total de agua de los sistemas naturales, como ríos y acuíferos), con el fin de conseguir avances reales en la sostenibilidad ambiental de los usos del agua.
A.5.4 Incorporar la gestión diferencial de la calidad del agua en el marco de la Economía Circular del agua
La gestión diferencial de la calidad del agua persigue un ajuste fino de la calidad del agua entre cada re- curso y cada demanda concreta, según las exigencias de cada tipo de uso , destinando las aguas de mayor calidad solo a los usos que realmente la necesitan. Esta gestión diferencial de la calidad del agua permite un do- ble beneficio: − Por un lado, se mejora y garantiza la calidad reque- rida por cada uso, evitando déficits de calidad y sus efectos ambientales y sobre la salud humana. En el caso del agua para abastecimiento, existen bene- ficios adicionales para la salud si se usan recursos hídricos con la máxima calidad sanitaria y organo- léptica, a la vez que se minimizan los tratamientos de potabilización necesarios. − Por otro lado, se evita asignar aguas de elevada calidad a usos que realmente no la necesitan. Esto permite, por un lado, liberar aguas de calidad ele- vada para usos como el abastecimiento y, por otro, minimizar las necesidades generales de tratamiento de aguas y sus costes. Por ejemplo, se pueden reducir las necesidades de po- tabilización, excluyendo dicho tratamiento de los usos urbanos e industriales distintos al abastecimiento hu- mano y procesos alimentarios, reduciendo con ello los costes económicos, energéticos y ambientales del con- junto del ciclo del agua. De la misma manera, la reutilización de aguas residuales en regadío tiene el potencial de ajustar en detalle los tipos de tratamiento realmente necesarios, dado que un tratamiento terciario de eliminación de nutrientes no sería necesario, reduciendo con ello el consumo ener- gético y los costes del tratamiento. Igualmente es posible ajustar la calidad del agua a los destinos de la misma en relación con otras característi-
SITUACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA CIRCULAR EN ESPAÑA 110
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