especialmente en los sectores agrario, pesquero, acuícola, alimentario y forestal, al considerar la utilización eficiente y sostenible de los productos, subproductos y residuos que desde éstos se generan, así como los productos obtenidos de cultivos de algas y microorganismos, promoviendo además otros bioprocesos. Por otro lado, la circularidad debe estar enmarcada en un contexto más amplio de sostenibilidad. En el “Plan de Acción para la Implementación de la Agenda 2030, hacia una Estrategia Española de Desarrollo Sostenible”, se incluye la Economía Circular como “política palanca” para acelerar la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Igualmente, y de forma inversa, la consecución de los diferentes objetivos de sostenibilidad redundará en beneficio de los procesos de circularidad en la producción, consumo y distribución. No obstante, es posible que se necesiten nuevos esfuerzos transversales para garantizar que las políticas nacionales en el conjunto del Estado español sigan sendas complementarias y convergentes para cumplir con los objetivos generales sobre medio ambiente y sostenibilidad marcados por la UE, en especial los recogidos en la Estrategia Europa 2020, el Plan de Acción para la Economía Circular, así como el Paquete de Economía Circular, que se presentan como prioridades en la agenda política de la Unión
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