Además, algunos temas toman mayor relevancia y exigen una definición e implantación de medidas con carácter urgente, como es el caso de los “residuos alimentarios” para frenar el vergonzoso despilfarro; o los procedimientos de adquisiciones, especialmente la “contratación pública circular”, consideradas como iniciativas impulsoras ejemplarizantes del cambio del modelo lineal. A este respecto, las expectativas sobre la incidencia favorable de las nuevas políticas públicas de compras y contratación con criterios de circularidad y sostenibilidad son muy altas, dado el alto margen de acción. Aunque España alcanzó menos del 40% de implantación, quedándose alejada del objetivo planteado por la UE, en el que el 50% de todos los procedimientos de licitación pública deben incluir criterios ambientales. Pero este cambio del modelo lineal al modelo circular exige que se puedan tomar medidas por parte de los gobiernos nacionales, regionales y locales en un entorno legal y normativo suficientemente previsible y motivador para los agentes socioeconómicos y la ciudadanía, contando con las distintas realidades y situaciones ambientales y socioeconómicas de cada caso. Por ello, la transición hacia una Economía Circular debe ser concebida en sentido amplio teniendo en cuenta toda la cadena de valor. El enfoque, por tanto, debe ser integrado para recoger todos los procesos que conforman el ciclo de vida de los productos, desde el diseño, la producción y el consumo, hasta la gestión de residuos y el mercado de materias primas secundarias. El “paquete” de medidas sobre la Economía Circular propuesto por la Comisión Europea, con sus planes y medidas de acción, permite establecer un marco común sólido y coherente para España, que combina una regulación inteligente, instrumentos basados en el mercado, incentivos, intercambio de información y apoyo para enfoques voluntarios. Además, la Economía Circular, con el consecuente cambio del modelo lineal predominante, es una realidad que conlleva grandes oportunidades económicas (por ahorro de materias primas, competitividad y oportunidades de negocio), y sociales (creación de nuevos empleos). Una apuesta decidida por la expansión de la Economía Circular podría crear nuevos yacimientos de empleo, debido a los nuevos puestos de trabajo creados, más allá del reciclaje, especialmente en los servicios de reparación y actualización, así como en actividades de refabricación, sectores que comparativamente son intensivos en trabajo. Si se tiene en cuenta la interacción intersectorial y los empleos indirectamente relacionados con la Economía Circular, la generación de empleo podría ser mucho mayor.
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