360 UDEM No.3- El Gran Confinamiento

Pensamos que estaríamos un mes en casa y aquí seguimos. Dudas, miedos, ansiedades, noticias falsas, muchos “Zoompleaños”, memes en WhatsApp, gimnasio en la sala, clases online y el típico “¿me escuchan?”… y hasta regañar a una amiga por irresponsable. ¿Qué hemos aprendido y qué nos falta? En nuestro feature , el autor hace un puntual diagnóstico de los siete meses más extraños de nuestras vidas.

P O R : S H A D Y M O H A M E D R E I N O S O E S T U D I A 9 . º S E M E S T R E D E L I C E N C I A D O E N C I E N C I A S D E L A I N F O R M A C I Ó N Y L A C O M U N I C A C I Ó N

¿ Recuerdan los memes sobre lo eterno que era 2019? No sabíamos lo que nos esperaba. En los gritos y las uvas de año nuevo, pensé que 2020 sería mi año, con sus 366 días y su atractivo número par. Mis hermanos y yo nacimos en un día 20 (enero, julio y noviembre) y, a pesar de los terribles fuegos en Australia y las riñas diplobélicas entre Trump e Irán, que prácticamente nos dieron la bienvenida al año más raro, duro y “wey, ya” de nuestras vidas, pensába- mos, pedíamos: ¡que sea nuestro año! Y un día, noticias de Wuhan. Luego, de toda China. Algunas personas (miles, ahora lo sabemos) se aque- jaron por un bicho nuevo y raro en Europa, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón. En México, el primer afectado por ese Coronavirus —un nombre inolvida- ble— fue detectado el 27 de febrero (en Nuevo León, el primer caso fue confirmado dos semanas después). La Universidad de Washington tomó medidas drásti- cas y controvertidas, pero a tiempo: el 6 de marzo les anunció a sus 57 mil alumnos que cancelaba las clases presenciales. Le siguieron Stanford, Harvard, la Uni- versidad de Míchigan… Si queremos darle una fecha en el calendario al “día del Coronavirus”, tendría que ser el 11 de marzo

de 2020: ese día, por la noche, Donald Trump salió a anunciar que cancelaba todos los vuelos de Europa a Estados Unidos por 30 días. Además, Wall Street tuvo en esa semana su peor caída desde la crisis de 1929, y unas cuantas horas después, llegó el inevitable correo: la UDEM informaba que las clases serían en forma- to online y no volverían las clases presenciales hasta nuevo aviso. Ese “nuevo aviso” aún no ha llegado y ya pasaron siete meses. A nivel mundial, ya (casi) llegamos al millón de falle- cimientos (México ocupa el nada honroso cuarto lugar), decenas de millones perdieron sus trabajos (y muchos más sufrieron recortes a sus salarios), industrias en- teras (turismo, eventos, restaurantes) se desplomaron, todos los estudiantes de todo el mundo, a sus casas. El COVID-19 y el impacto económico noqueó a personas en todo el mundo, de todas las edades. La principal instrucción (y que nos llegó por todos lados) fue que- darnos en casa; tener clases, juntas y hasta cumplea- ños por Zoom (pág. 44); cuidarnos y usar cubrebocas (pág.34); informarnos sobre las medidas sanitarias y el impacto de este virus en el mundo (pág. 24 y 56); ser conscientes de nuestras acciones y no hacer reuniones o salir de viaje (pág. 50); compartir nuestras experien-

27

Made with FlippingBook - professional solution for displaying marketing and sales documents online