360 UDEM No.3- El Gran Confinamiento

L A O L A V E R D E E M P A P A A L A M O D A

A L F A S T F A S H I O N S E L E A C U S A D E L G R E E N W A S H I N G : L A E S T R A T E G I A Q U E S E A P R O V E C H A D E L I N T E R É S P Ú B L I C O E N L A S U S T E N T A B I L I D A D . A N U N C I A N Q U E T I E N E N L Í N E A S “ V E R D E S ” , A U N Q U E C O N T I E N E N U N P O R C E N T A J E M Í N I M O D E M A T E R I A L E S R E C I C L A D O S U O R G Á N I C O S .

L a sustentabilidad es la única tendencia 2020 —y más con todo lo que ha pasado—. Marcas como H&M la promueven. Otras, como Stella McCart- ney son pioneras y algunas más, como Gucci, firmaron el G7 Fashion Pact, pero ¿sabemos qué significa? Este concepto va más allá del clásico reducir, reusar o reci- clar. No solo se preocupa por el desgaste del planeta, también incluye un enfoque de trabajo digno en el que los trabajadores no sufran injusticias. Empecemos con el medio ambiente: seguro has visto la campaña de H&M Conscious, que anuncia una colección de ropa y accesorios creados con materia- les como algodón orgánico o poliéster reciclado. Y si fuiste a sus tiendas en el último año, probablemente te encontraste con unas urnas para depositar tu ropa vieja. Las prendas en buenas condiciones las donan a asociaciones; las demás las deshacen en textiles para reutilizarlas en nuevas creaciones o en productos como rellenos de almohada. Otra marca con este tipo de acciones conscientes es Patagonia, la especialista en outdoors . Esta le ayu- da a sus clientes a reparar sus prendas, en lugar de ofrecerle nuevos productos. Clientes contentos y lea- les, que no necesitan volver a invertir en una chamarra cada temporada. FUERA DE TEMPORADA La fundación Ellen MacArthur reportó en un estudio de 2017 que los consumidores perdemos 460 mil mi- llones de dólares al año por desechar prendas útiles. Además, estima que más de la mitad de la produc- ción de fast fashion se va a la basura en menos de 12

meses. ¿Viste unos jeans increíbles de Pull & Bear en oferta? Probablemente los usarás ocho o nueve veces a lo mucho antes de comprar los siguientes. Es por eso que el fast fashion , los materiales no renovables y el greenwashing deben quedar “fuera de temporada” del mundo de la moda. Zara o Forever 21 —marcas que pertenecen a este tipo de industria efí- mera— tienen múltiples problemas a resolver, como el pago mínimo a las maquilas que explotan a niños y mujeres, el consumo desmedido de recursos no reno- vables que utilizan, la producción excesiva de prendas y la cultura de ropa desechable que ha promovido por su mala calidad. También se le ha acusado al fast fashion la impre- sentable práctica del greenwashing : la estrategia cor- porativa de marketing que se aprovecha del interés público en la sustentabilidad para decir que siguen prácticas y ofertan productos bajo esta dinámica. Anuncian que tienen líneas orgánicas, conscientes o “verdes”, pero solo contienen un porcentaje mínimo de materiales reciclados u orgánicos, no cumplen los estándares de la industria o hacen propuestas irreales por el modelo que esas compañías emplean. Tenemos el caso de Primark. Esta marca low cost tiene 373 tiendas físicas en varios países que consu- men grandes cantidades de luz todos los días, no ven- de en línea y ofrece al menos cuatro colecciones al año, con 500 o más copias de una sola camisa por talla. Si fuera una empresa consciente de la crisis climática, tendría que cambiar toda su estrategia de ventas y producción para cumplir con los estándares que dice seguir.

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