Situación y evolución de la economía circular en España
La nueva ley extiende el ámbito material de la responsabilidad de los produc- tores de productos a los nuevos flujos de residuos, como los plásticos de un solo uso, las artes de pesca, los residuos textiles, los residuos de muebles y enseres y los plásticos agrarios. Además, los productores de productos ten- drán que asumir los costes de los residuos municipales referidos a los costes de la fracción resto o los residuos de la limpieza de vías públicas, zonas verdes, áreas recreativas y playas, o la basura dispersa, incluida la limpieza en las infraestructuras de saneamiento y depuración. Los marcos estratégicos y las medidas normativas en todos los niveles admi- nistrativos refuerzan la capacidad española para cumplir sus compromisos estratégicos de circularidad tanto a corto plazo como en el horizonte de 2030, que están centrados en reducir un 30 % el consumo nacional de materiales y recortar un 15 % la generación de residuos respecto a 2010. No obstante, Es- paña debe afrontar con decisión una serie de dificultades en determinados ámbitos que son claves para la EC, como es el sector de los residuos. En este sentido, es determinante redoblar los esfuerzos en la preparación para la reutilización de residuos municipales, perfeccionar los sistemas de reutili- zación de envases e incentivar el desarrollo de infraestructuras para el trata- miento de residuos, además de combinar una serie de medidas de regulación y mecanismos económicos como, por ejemplo, las restricciones al depósito en vertederos con instrumentos fiscales bien diseñados. Pero, además, para avanzar en la transición hacia una economía circular hay que ir adoptando progresivamente cambios estructurales en la interconexión recursos-resi- duos, de tal manera que se puedan facilitar simultáneamente otros grandes objetivos en relación a la neutralidad climática, la seguridad del suministro de energía, materiales y materias primas fundamentales. En definitiva, favorecer una mayor coherencia general de estrategias y políticas adoptando el «enfo- que de nexos». El desarrollo de la economía circular implica un cambio sistémico que afec- ta a la mayoría de los sectores de producción y consumo, así como a sus relaciones con el medio ambiente. Por ello, es esencial considerar las vincu- laciones de la EC con otras políticas estratégicas que permiten modificar simultáneamente comportamientos de consumo y producción y, de esta forma, consolidar el beneficio de los nuevos modelos circulares aportando mayores sinergias entre las políticas ambientales y económicas. Como novedad respecto a ediciones anteriores, este informe dedica un apartado a la economía circular en el ámbito local. Las ciudades cada vez se sienten más concernidas en la implantación de modelos circulares, pero su incorporación debe acelerarse y ampliarse, dado que una gran parte de los municipios aún están en las fases iniciales de abordar una estrategia amplia de economía circular o, incluso, aún están explorando opciones para su im- plementación, con un enfoque integrador que vaya más allá de sus habituales competencias en materia de residuos, agua y entorno construido, entre otros.
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