Situación y evolución de la economía circular en España
Las estrategias y hojas de ruta urbanas en Europa se encuentran directa- mente ligadas a los planes de reducción de emisiones de CO 2 y la lucha con- tra el cambio climático. Asimismo, encontramos que estas ciudades cuentan con una estrategia de economía circular, la cual no se limita a la gestión de residuos y fija objetivos en primera instancia para el año 2030. Finalmente, en las ciudades europeas destacan las buenas prácticas circulares relacionadas con el sector de la construcción y la reutilización a todos los niveles. Entre las ciudades españolas, se seleccionaron 12 en función de diferentes parámetros, aunque ha primado la elección de ciudades que ya tienen en marcha planes de circularidad, han realizado acciones relacionadas con ello en los últimos años, o tienen incorporada la economía circular en sus planes climáticos o en su Agenda Urbana. Se observa que los planes circulares de las ciudades españolas se ciñen especialmente a la gestión de los residuos y el ciclo urbano del agua, aunque cada vez hay más ejemplos de urbes que van incorporando otras visiones como la promoción de la reutilización, la creación de clústeres público-privados para integrar a las empresas en as- pectos como el ecodiseño o la reciclabilidad de los productos que fabrican y comercializan, criterios de compra pública sostenible o espacios ciudadanos para el intercambio y la reparación. En el ámbito de la gestión de los residuos, cabe señalar que las ciudades españolas tienen sistemas de recogida separada perfectamente implantados, aunque se lleva con cierto retraso la recogida selectiva de los residuos orgá- nicos. Con la Ley de Residuos y Suelos Contaminados de 2022, así como el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases aprobado posteriormente a la ley, se están reordenando las prioridades de los municipios y comunidades autónomas en cuanto a la recogida y tratamiento de residuos, aunque afecta también a empresas e industrias. Esto, unido a los objetivos de reciclaje residuos urbanos para los años 2025, 2030 y 2035, está provocando que muchas entidades locales avancen en una mirada mucho más holística sobre cómo gestionar sus residuos, pero también en cómo trabajar la reducción en la generación de residuos y dise- ñar nuevos circuitos circulares para la materia prima secundaria. Con carácter general, se quiere insistir en que es imprescindible un cambio de modelo económico circular menos intensivo en recursos, si se quieren al- canzar los compromisos oficiales de circularidad y, sobre todo, si se pretende habitar dentro de los límites físicos del planeta en un contexto de emergencia climática como en el que nos encontramos.
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