INFORME COTEC DE ECONOMÍA CIRCULAR 2023

Situación y evolución de la economía circular en España

LA ECONOMÍA CIRCULAR EN LA UNIÓN EUROPEA: CONSIDERACIONES HACIA UN CAMBIO DE ENFOQUE En estos últimos ocho años la UE se ha es- forzado por abordar un enfoque circular más holístico, de tal manera que ya se aboga decididamente por usar, producir y consumir en base a ciclos cerrados , con el fin de reducir sustancialmente los impactos de las activida- des económicas, desvincular el crecimiento económico del uso de los recursos y proteger el capital natural. A partir de 2020, la visión estratégica de la EC en Europa se amplía considerablemente para enfrentarse a varios retos mundiales simultá- neos y de carácter sistémico. A la crisis econó- mica debida a la pandemia de coronavirus y la crisis ambiental debida al cambio climático y la destrucción de la naturaleza, se suma una nue- va crisis energética por la guerra de Ucrania, todo ello unido a varios procesos de desgloba- lización, desabastecimiento e inflación. Dentro de este contexto, la idea que se afianza es la necesidad de disociar el crecimiento del uso de los recursos para sustentar el desarro- llo sostenible dentro de los límites del planeta y aumentar la sostenibilidad, competitividad y resiliencia de los sistemas económicos, incor- porando la circularidad en todos los ámbitos. En este sentido, y con carácter general, los Esta- dos miembros de la UE consideran que el desa- rrollo de las estrategias, políticas, hojas de ruta y sistemas de indicadores que se han establecido hasta este momento solo son un primer paso para abordar estratégicamente la transición ha- cia la economía circular. El verdadero desafío consiste implementar los planes y acciones previstos en toda su extensión, para lo que será fundamental integrar los principios de circularidad en las otras políticas económicas, industriales y ambientales, así como hacer una

buena interpretación de las tendencias y las dinámicas del cambio sistémico para reajustar los objetivos estratégicos. El actual núcleo del debate sigue siendo que el consumo de materiales y energía en la UE ha seguido aumentando y las medidas tomadas para frenarlos han sido, hasta ahora, insufi - cientes . Téngase en cuenta que la extracción y el procesamiento de materiales a nivel mundial (actualmente 100 mil millones de toneladas, que casi se puede duplicar para 2060) son la causa del 90 % de la pérdida de biodiversidad y el 50 % del impacto sobre el cambio climático y el estrés hídrico, en tanto que el volumen de residuos generado cada año crecerá un 70 % de aquí a 2050 (IRP, 2019). A la luz de los datos actuales y las tenden- cias, la UE tendría que esforzarse en mucha mayor medida por reducir sus huellas ecoló- gicas, de materiales y de consumo (especial- mente medidas en términos per cápita) y, al tiempo, reducir la contaminación y la presión sobre los recursos naturales, como el agua y el uso de la tierra. Como plantea el informe de Amigos de la Tierra, «la crisis climática es el síntoma, pero el sobreconsumo es la enferme- dad» (Friends of the Earth, 2022). Hasta ahora, la UE consume en exceso los recursos natu- rales como si tuviera disponible 2,8 planetas y sus huellas ecológicas y materiales sobre- pasan con mucho la biocapacidad disponible, pero, en todo caso, muy por encima de lo que se considera un nivel sostenible. Para lograr una circularidad sostenible en Eu- ropa hay que reducir estas huellas en términos absolutos y de forma constante, no solamente en términos relativos, es decir, en relación al crecimiento económico. Además de la incorpo- ración de las huellas en el debate sobre la eco- nomía circular, también deberían ponerse de relieve los efectos indirectos negativos provo- cados por los denominados «efectos rebote».

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