Empleos y competencias del futuro en España
tización, pues se consideran más necesarias a medida que las máquinas van desplazando a las personas en tareas rutinarias y codifica - bles. Por último, entre las competencias más valoradas destaca un tercer grupo de ellas que requiere de cierta especialización, como man- tener registros operativos; hacer seguimiento, inspecciones y ensayos de equipos, sistemas y productos; hacer seguimiento de actividades operativas, recopilar información procedente de fuentes físicas o electrónicas; gestionar y analizar datos digitales; o hacer seguimiento de seguridad y protección. Por el contrario, existe un conjunto de competencias cuya evolución es claramente decreciente. Entre estas destacan manipular y mover; construir; y trabajar con maquinaria y equipo especializa- do, cuya tendencia decreciente está sin duda relacionada con la automatización. A medida que ciertas tareas se automatizan, la demanda de empleo para realizarlas disminuye. Sobre los colectivos y las regiones en riesgo ante los empleos del futuro Los varones, sobre todo aquellos a partir de mediana edad, son el colectivo cuya presencia en las ocupaciones en declive es mayor. Las diferencias de género son muy claras, puesto que únicamente el 10 % de las mujeres, inde - pendientemente de su nacionalidad, trabajan en ocupaciones en declive. La recualificación y posterior recolocación debe, en consecuencia, dar prioridad a hombres de mediana edad, con niveles de cualificación relativamente bajos, pues gran parte de las ocupaciones en las que trabajan en la actualidad están sufriendo un claro declive. Por regiones, Extremadura y Castilla-La Man- cha son las que afrontan un mayor riesgo con respecto a los empleos del futuro, pues más de un 20 % de las personas ocupadas traba -
jan en empleos en declive. El lado contrario lo ocupa Madrid, que es, sin duda, la región en la que existen más empleos en auge, seguida de Cataluña, Asturias y el País Vasco, donde más de un tercio de sus empleos se desarrolla en ocupaciones emergentes.
Sobre los colectivos según las competen- cias más valoradas
Dentro de las capacidades más valoradas, se producen diferencias de género interesantes: mientras las mujeres, sobre todo las nativas, exhiben competencias muy valoradas de carácter social o interactivo, como coordinar actividades con otros; o prestar asesoramien- to y consultoría, los varones, especialmente los nativos, exhiben mayores competencias de carácter técnico o cognitivo, así como las relacionadas con el liderazgo. Analizar y eva- luar información y datos; hacer seguimiento, inspección y ensayos de equipos; asignar y controlar recursos físicos o hacer seguimiento de seguridad y protección son algunas de las competencias más valoradas, donde se apre- cia mayor presencia de hombres que de muje- res. Estas diferencias podrían estar, al menos parcialmente, determinadas por la segregación ocupacional de género. Las mujeres alcanzan en menor medida puestos de gran respon- sabilidad y liderazgo por el llamado techo de cristal, por el que se enfrentan a barreras de promoción profesional que les impiden llegar a los empleos mejor valorados. Con respecto a la nacionalidad, tanto los hombres como las mujeres inmigrantes se encuentran menos ali- neados con las competencias más valoradas, posiblemente porque sus empleos son en ge- neral de menor cualificación. Finalmente, no se observa un patrón claro de diferencias en las competencias más valoradas según la edad.
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