INFORME 2023 MERITOCRACIA Y EDUCACIÓN
llo económico general de una nación, dado que permite mejorar la mano de obra cualificada y competitiva que impulsa la productividad, la innovación y el crecimiento sostenible (Chetty et al., 2014; Hertz, 2008). Siguiendo la línea de la literatura reciente en el ámbito de la movilidad social (Chetty et al. 2014; Hilger, 2015; Dodin et al., 2022), defini - mos dos conjuntos de indicadores de movili- dad social con el objetivo de distinguir entre dos conceptos: movilidad absoluta y relativa. Mientras que las medidas de movilidad abso- luta dan información sobre el nivel (absoluto) de oportunidades de los niños con circunstan- cias desfavorables, las medidas de movilidad relativa reflejan las diferencias de oportunida- des (relativas) entre los niños que provienen de circunstancias más desfavorables y los que provienen de circunstancias más favorables: Movilidad educativa absoluta. Este indica- dor mide la probabilidad de que una per- sona de entorno desfavorecido alcance un nivel de educativo determinado (por ejem- plo, GED o equivalente en Estados Unidos, A-level en Alemania, Bachiller o equivalente en España, o Proficiency Level 3 en datos PISA), esto es, entre los niños que consi- deramos como “desfavorecidos” socioeco- nómicamente, la proporción que consigue alcanzar un nivel educativo predeterminado. Movilidad educativa relativa. Mide la pro- babilidad de que un individuo de entorno favorecido alcance un nivel de estudios determinado en relación a otro individuo de entorno desfavorecido. Un valor alto de este indicador implica que la movilidad educativa relativa es baja, ya que una mayor proporción de niños que provienen de circunstancias aventajadas conseguirá el nivel educativo de- terminado, frente a los niños que provienen de circunstancias desaventajadas.
A continuación, describimos brevemente el enfoque empírico que hemos tomado en este estudio para medir tanto la movilidad educa- tiva absoluta como la relativa junto con otros indicadores de movilidad social, para después mostrar los resultados obtenidos para los dife- rentes países y comunidades autónomas. Movilidad social: Técni- cas e indicadores El elemento central de los indicadores de mo- vilidad social educativa que utilizamos en este estudio son las estimaciones de la probabili- dad de que los niños obtengan un Proficiency Level 3 (PL3) en PISA condicionada al nivel socioeconómico de los padres. Por tanto, se trata de estadísticos descriptivos que relacio- nan la probabilidad de que un niño obtenga el nivel educativo determinado como PL3 (“basic proficiency”) en PISA, con el ranking socioeco - nómico (ESCS) de sus padres. En PISA 2018, la OCDE define seis niveles de competencia matemáticas. En función del resultado obtenido por el alumnado en la prue- ba, se determina qué nivel de competencia ha alcanzado. En concreto, alcanzar el PL3 o “ba- sic proficiency” indica que “… pueden ejecutar procedimientos claramente descritos, incluidos los que requieren decisiones secuenciales. Pueden interpretar y utilizar representaciones basadas en distintas fuentes de información y razonar directamente a partir de ellas. (…) Sus soluciones reflejan que han realizado interpre- taciones y razonamientos básicos.” 2 Por otra parte, la variable ESCS (“Economic, So- cial and Cultural Status”) es un índice calculado por la OCDE que se deriva, como en ediciones anteriores de la prueba, de otras tres variables relacionadas con el entorno familiar: el nivel educativo máximo de los padres, el estatus ocu- pacional máximo de los padres, y las posesiones del hogar, incluido el número de libros en casa.
2. La elección de este nivel es arbitraria, pero lo consideramos razonable dada su propia denominación de “competencia básica” y el hecho de que supone alcanzar el tercer nivel de los seis que hay.
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