Aunque nuestros resultados comparten, en conjunto, el signo negativo observado en otros estudios, el tamaño de la pérdida de aprendizaje que encontramos es menor respecto al de otros países. En Holanda Engzell et al. (2021) encuentran un efecto global negativo equivalente a 0,08 desviaciones estándar, mientras que en Alemania Schult et al. (2021) se mueven en estimaciones casi siempre superiores a las 0,08 desviaciones típicas, el doble del efecto que encontramos para el País Vasco. Por tanto, encontramos un efecto, tras un año de pandemia, de aproximadamente la mitad de otros estudios. Hay dos hipótesis que podrían explicar esto: 1. La mera reapertura de los centros en el curso 2020/21 fue positiva para recuperar la pérdida de aprendizaje, y lo fue especialmente entre alumnos vulnerables. La reapertura en los centros educativos del País Vasco y del resto de las CC. AA. posicionaron a España como el 4.º país de la OCDE con menos días de cierre escolar en mayo de 2021, 14 meses después del comienzo de la pandemia (OCDE, 2021). En ese sentido, el trabajo recientemente publicado por el Education Policy Institute de Reino Unido apunta en esta dirección: calcular la pérdida de aprendizaje en diferentes momentos del otoño de 2020 cambia los resultados. Concretamente, estiman que, en diciembre de 2020 (tras tres meses de reapertura), se reduce un 30% de la pérdida de aprendizaje observada en octubre de 2020; en marzo de 2021 (tras dos meses de nuevo cierre escolar) se amplifica de nuevo la pérdida de aprendizaje; y en mayo de 2021 (tras tres nuevos meses de reapertura) se vuelve a reducir la pérdida de aprendizaje inicial. También se ha documentado el mismo efecto en la reapertura de escuelas en Brasil por Lichand et al. (2021). En el caso de Dinamarca, por ejemplo, Birkelund y Karlson (2021) van más allá y muestran que, tras 14 meses del cierre escolar (en mayo de 2021), no se aprecian pérdidas de aprendizaje ni amplificación de las brechas.
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