COMPETENCIAS DIGITALES Y COLECTIVOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN EN ESPAÑA
En este sentido, ser mujer va asociado con alrededor de un 3 % más de probabilidad de tener habilidades bajas (columna 1) y con aproximadamente un 3 % menos de probabilidad de habilidades avanzadas (columna 3), mientras que no habría apenas diferencias entre hombres y mujeres en la categoría de habilidades básicas (columna 2). Los individuos de nacionalidad extranjera muestran en 2020 alrededor de un 9,7 % (9,6 % en 2019) más de probabilidad de estar en la categoría de habilidades bajas (columna 1) y alrededor de un 10 % menos de tener habilidades avanzadas (columna 3) que los nacionales tanto en 2019 como en 2020. Los más jóvenes han pasado de tener un 20,9 % más de probabilidad de poseer habilidades digitales avanzadas que las personas más mayores en 2019 a un 25,7 % en 2020, al tiempo que la probabilidad de tener habilidades bajas desciende ligeramente de un -19,5 % en 2019 a un -23,1 % en 2020. Por su parte, las personas de edades medias han aumentado también sensiblemente la brecha con las personas más mayores, pues en 2020 tienen un 11,6 % más de probabilidad de tener habilidades avanzadas y un 11,4 % menos de probabilidad de tener habilidades bajas, mientras que este rango oscilaba en el +/-9 % en 2019. Por nivel de estudios, las personas con estudios superiores tendrían en 2020 un 36,2 % más de probabilidad de tener habilidades digitales avanzadas y un 34,2 % menos de tener habilidades bajas/sin habilidades que las personas con estudios básicos. Estos rangos ligeramente superiores a los observados en 2019. Por su parte, las personas con estudios medios muestran en 2020 un 17,6 % más de probabilidad de estar en la categoría de habilidades avanzadas que las personas con estudios básicos, mientras que su probabilidad sería un 19,3 % inferior de tener habilidades bajas o no tener habilidades.
En cuanto a la situación laboral de los encuestados, los estudiantes han pasado de tener un 40,6 % más de probabilidad que los inactivos de tener habilidades digitales avanzadas en 2019 a un 34,8 % en 2020, al tiempo que exhiben en torno a un 28 % menos de probabilidad de tener habilidades bajas. Las diferencias son menores entre ocupados y parados respecto a los inactivos que para el grupo de estudiantes, yendo en la dirección de que sus probabilidades serían positivas respecto a los inactivos de tener habilidades avanzadas y serían negativas en el caso de las habilidades bajas. Cuanto mayor el nivel de ingresos del hogar, mayor es la probabilidad de tener habilidades digitales avanzadas y menor la probabilidad de tener habilidades bajas o no tener habilidades, habiéndose incrementado las diferencias, especialmente en los dos tramos de ingresos más altos, respecto al menor tramo de renta entre 2019 y 2020. El tamaño del municipio no sería una variable significativa si se tienen en cuenta el resto de variables analizadas en el año 2019, aunque en 2020 sí tiene efecto significativo al 10% vivir en municipios más grandes (un 2,6 % más de probabilidad de habilidades avanzadas y -2,4 % de habilidades bajas que los municipios más pequeños). El uso diario de Internet muestra en los dos años analizados alrededor de un 17 % más de probabilidad de tener habilidades digitales avanzadas que los que no lo hacen, y en torno a un 18 % menos de probabilidad de tener habilidades digitales bajas. Por último, como se ha venido constatando en los ejercicios probit del cuadro 4, la confianza en Internet ha disminuido considerablemente su efecto: la probabilidad de tener habilidades avanzadas entre los que confían bastante o mucho en Internet ha pasado del 12,6 % en 2019 al 5,4 % en 2020.
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