AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD
• Un informe de Accenture, en colaboración con Frontier Economics, pronostica el po- tencial de la automatización para duplicar el valor agregado bruto (VAB) en 12 econo- mías desarrolladas para 2035, con mejoras en la productividad laboral de hasta un 40% (Accenture 2016). En esa línea, el Boston Consulting Group pronostica mejoras en productividad del 30% en los próximos 10 años, impulsadas particularmente por la adopción de robots en las PYMEs a medida que los robots se vuelven más ase- quibles, adaptables y fáciles de programar (Boston Consulting Group, 2015). Además, en cuanto a la extensión de la auto- matización se puede notar que menos del 10% de los trabajos se pueden automatizar por completo y el nivel de automatización poten- cial de las tareas dentro de un trabajo varía mucho según el trabajo y la industria . Como dice McKinsey, “cambiarán más ocupaciones de las que se eliminarán automáticamente” (McKinsey Global Institute 2017). Esta es una diferenciación importante, ya que pinta una imagen, respaldada por la experiencia de IFR Group, de un futuro en el que los robots y los humanos trabajarán juntos, cada uno ha- ciendo lo que mejor sabe hacer, con efectos positivos (no solo para la competitividad de la empresa) , con importantes repercusiones para los empleados, pero también en la calidad del trabajo realizado por las personas. Mientras las máquinas se hacen cargo de tareas rutinarias y repetitivas, los trabajadores reasignarán su tiempo a tareas de mayor productividad que las máquinas no pueden hacer, en gran medida dominadas por la necesidad de aplicar juicios de manera rápida y focalizada. Esto significa que muchos roles terminarán por reconfigu - rarse en lugar de eliminarse (en el sentido de Varian, 2020), y la mayoría de las ocupa- ciones se adaptarán al nuevo y emergente contexto digital.
En cuanto al impacto sobre la productividad, desigualdad, y bienestar social, el impacto de la revolución digital dependerá de la capacidad de responder adecuadamente a los desafíos por parte de todos los agentes sociales, de forma tal que se incentive el progreso técnico y digital, y que simultáneamente se reduzcan los costes de la transición individual y social a los nuevos procesos y organizaciones de pro- ducción (Andrés y Doménech, 2019). En este sentido: • El aumento de la productividad puede conducir a una mayor demanda, creando nuevas oportunidades de trabajo . Estos efectos “cascada” se pueden ver dentro de una organización individual, a lo largo de la cadena de valor de un sector industrial y en otros sectores, particularmente servicios. Para que esto se cumpla, de acuerdo con IFR Group (2017), los robots se deben apli- car a tareas que realicen de manera más eficiente, y con un nivel de calidad más alto y consistente que los humanos. • Un estudio reciente encontró que la inver- sión en robots contribuyó con el 10% del crecimiento del PIB per cápita en los paí- ses de la OCDE de 1993 a 2016 . El mismo estudio encontró que un aumento de una unidad en la densidad de robótica (que el estudio define como el número de robots por millones de horas trabajadas) se asocia con un aumento del 0,04% en la producti- vidad laboral (Centre for Economics and Business Research, 2017). • Mirando hacia el futuro, el McKinsey Global Institute predice que la mitad del creci- miento de la productividad total necesaria para garantizar un crecimiento del 2,8% en el PIB en los próximos 50 años, será impulsado por la automatización (McKin- sey Global Institute, 2017).
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