Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

Volver a la tabla de contenido

VI. B. Contribuciones y avances latinoamericanos específicos En el psicoanálisis de América Latina, Etchegoyen (1986) y José Bleger (1967) son los autores más citados internacionalmente en temas relacionados con el encuadre. Debido a la diversidad cultural y la pluralidad de escuelas que han influido las diferentes instituciones psicoanalíticas latinoamericanas, no existe una sola manera de abordar este tema en la región. Hay un debate en curso sobre la necesidad de adaptar la técnica psicoanalítica a la sociedad contemporánea. Etchegoyen (1986) defiende un encuadre firme pero flexible, que comprenda un conjunto de variables establecidas con el fin de proporcionar un marco estable que permita el despliegue del proceso analítico. Etchegoyen afirma que el encuadre representa la realidad presente en la situación analítica, y entiende que esta realidad es equiparable al entorno social que nos rodea. Él cree que el proceso inspira el encuadre pero no lo determina. Entre los contribuyentes brasileños a la noción de encuadre destaca Fabio Hermann (1991), quien también lo entiende como un marco . Los analistas lo establecen en su práctica clínica para evitar perder su método a lo largo del proceso analítico. Este marco actúa como una valla que mira hacia fuera. No protege el análisis de la invasión del mundo exterior; esta es una tarea imposible, puesto que el mundo exterior ya está presente en la consulta –en el analista y el paciente. Sin embargo, protege a la pareja analítica de caer en un pensamiento rutinario. El punto crucial de la teoría de Hermann es la noción de ruptura del campo, que puede ser entendida como el momento en que el analizado es capaz de percibir una auto-representación que había impedido emerger. La ruptura del campo de comunicación, según este autor, constituye el sello distintivo de la operación analítica. Es dentro de la valla del encuadre que los pacientes cobrarán consciencia de una percepción diferente de sí mismos. Eizirik, Correa, Nogueira et al. (2000), propusieron la idea de que las características específicas del contexto social actual tienen repercusiones en el encuadre analítico, por lo que estas repercusiones deben ser respetadas. Afirman que la formación analítica juega un papel clave en la constitución de la identidad analítica, y debe incluir la preservación del encuadre por parte del analista –de ser su guardián, de alguna manera. Comparten la opinión de Green sobre su función: el encuadre desempeña el papel del tercero, que debe estar presente explícita o implícitamente en toda relación humana para evitar que se vuelva psicótica. Además, enfatizan la importancia de la noción de encuadre interno . Este último permitirá a los analistas gestionar la preservación del encuadre en el contexto social actual. Marcio de Freitas Giovannetti (2006), siguiendo a Derrida, se refiere a la hospitalidad de los analistas actuales. Este enfoque representa una perspectiva bastante tópica en el debate psicoanalítico latinoamericano. Freitas Giovannetti sostiene la idea de que en el ejercicio clínico contemporáneo se necesita un encuadre adecuado más que uno tradicional. En el mundo de hoy, en que la velocidad y aceleración del tiempo han reemplazado la noción de permanencia, si se introduce el encuadre clásico a los

170

Made with FlippingBook - Online magazine maker