Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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Desde esta visión ampliada, la contratransferencia informada por la identificación proyectiva se convierte en una herramienta indispensable mediante la cual el analista puede comprender mejor el mundo objetual del paciente. El analista puede entonces usar esa experiencia para ayudar a procesar a tiempo y devolver una forma modificada de la proyección como hace una madre con su bebé. Bion describe este proceso como ayudar al paciente a desarrollar la capacidad de función alfa, es decir, la capacidad para pensar. (Ver entrada CONTRATRANSFERENCIA). Para Racker, las identificaciones complementarias incluían los aspectos activadores del inconsciente del analista por parte del paciente. Su colega argentino, León Grinberg (1956, 1979), desarrolló el concepto de “contraidentificación proyectiva” para describir encuentros clínicos con el objetivo de definir “…una serie de perturbaciones introducidas en la técnica psicoanalítica debido al protagonismo excesivo de las identificaciones proyectivas en el analizando, dando lugar a una respuesta específica en el analista […] por la cual el analista se ‘ve llevado’ pasivamente a desempeñar el papel que, en forma activa, aunque inconsciente, el analizando ‘forzó’ dentro de él.” (1956, p.507). En uno de sus trabajos sobre este tema, Grinberg (1979) discutió la diferencia entre la noción de contratransferencia complementaria de Racker (Racker, 1953) y su propia idea de contraidentificación proyectiva. Consideró que el concepto de Racker derivaba de la identificación del analista con algunos objetos internos del paciente sentidos como objetos de su propio pasado infantil. La respuesta emocional del analista se basaba, por tanto, en sus propias angustias y conflictos con objetos internos similares a los del analizando. Por otro lado, en la contraidentificación proyectiva “La reacción del analista se desarrolla, en gran parte, de forma independiente a sus propios conflictos y tiene relación, de forma predominante o exclusiva, con la intensidad y cualidad de la identificación proyectiva del paciente. En este caso, el origen del proceso proviene del paciente y no del analista. Es el paciente quien, de forma inconsciente y regresiva, y debido a la modalidad específicamente funcional y psicopática de su identificación proyectiva, provoca activamente una respuesta emocional determinada en el analizando, quien (1979, p. 234) … puede tener la sensación de no ser sí mismo y transformarse, de forma inevitable, en el objeto que el paciente, inconscientemente, quiso que fuera (ello, yo, o algún objeto interno), o experimentar esos afectos (ira, depresión, angustia, tedio, etc.) que el analizando forzó sobre él.” (ibid. 231) El concepto de Grinberg puede ser útil para comprender algunos enactments que se dan entre el paciente y el analista. Willy y Madeleine Baranger (1961-62, 2008), especialmente influenciados por Bion, desarrollaron una teoría del campo analítico que enfatiza la interdependencia de los co-participantes de la díada analítica y explora el papel de la

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