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II. B. Desarrollos norteamericanos del concepto En los Estados Unidos, Otto Kernberg (1987, p. 94), sin perder la visión de Klein de la identificación proyectiva como una defensa patológica, la describe como una secuencia de cuatro estadios en que: (i) el sujeto que proyecta expulsa aspectos intolerables de la experiencia intrapsíquica sobre el objeto receptivo; (ii) el sujeto mantiene empatía con lo que se proyecta; (iii) en un movimiento defensivo para controlar la angustia que provoca esta expulsión, el sujeto intenta controlar el objeto; y (iv) el sujeto induce en el objeto lo que en su momento fue expulsado sobre este objeto, a través de una interacción real con el objeto receptivo. Algunos analistas de América del Norte, que trabajan desde una perspectiva interpersonal/relacional , han llegado a ver la identificación proyectiva como un proceso bidireccional que no es meramente una fantasía (punto de vista de Klein), sino que comprende una interacción real entre el paciente y el analista. En esta línea, Ogden (1982) entiende la identificación proyectiva como una forma de intercambio entre paciente y analista, que puede ser de naturaleza más o menos patológica dependiendo de la naturaleza de los contenidos mentales expulsados. Describe el proceso de la siguiente manera: “El proyector tiene la fantasía principalmente inconsciente de despojarse de una parte de sí mismo no deseada o en peligro (entre los que se incluyen los objetos internos) y de depositar esa parte en otra persona de forma extremadamente controladora. Se siente que la parte proyectada del sí mismo está parcialmente perdida y que habita en la otra persona. En asociación con esta fantasía proyectiva inconsciente, existe una interacción interpersonal por medio de la cual se presiona al receptor a pensar, sentir y comportarse de forma congruente con los sentimientos expulsados y las representaciones del sí mismo y del objeto encarnadas en la fantasía proyectiva.” (pp. 1-2) Al reconocer la bidireccionalidad de la identificación proyectiva entre paciente y analista, Ogden propuso la creación de un tercero analítico que incluye las identificaciones proyectivas tanto procesadas como no procesadas. Jessica Benjamin (2004) ha desarrollado su versión de un tercero analítico exclusivo para cada díada analítica en el que el todo es más que la suma de sus partes. En América del Norte, se considera que Grotstein lleva la identificación proyectiva-comunicativa de Bion al terreno de la intersubjetividad. Su formulación está enraizada en la metapsicología de la comunicación inconsciente de Freud-Klein-Bion, con implicaciones clínicas directas. Con respecto al concepto de identificación proyectiva-comunicativa de Bion como un modo primario e inclusivo del anterior modo inconsciente, omnipotente e intrapsíquico de Klein, Grotstein (2005) postula la “ transidentificación proyectiva ” intersubjetiva. En esta instancia, al elaborar la operación de una fantasía inconsciente de identificación proyectiva omnipotente e intrapsíquica únicamente dentro del mundo
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