Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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V. CONCLUSIONES

La introducción del concepto de identificación proyectiva por parte de Melanie Klein en 1946 ha tenido un gran impacto en el pensamiento teórico y clínico psicoanalítico en todo el mundo. Desarrolló este concepto a partir de sus experiencias psicoanalíticas con niños y adultos. Tiene sus raíces en los conceptos de proyección e identificación de Freud. Klein entendió la identificación proyectiva como un medio intrapsíquico a través del cual el bebé se libera de afectos, objetos y partes del sí mismo no deseados, y un mecanismo por el cual toma el control de la madre en la fantasía (inconsciente) al proyectar estos aspectos sobre ella. Como Klein entendió que la proyección del bebé consistía en mantener lo malo afuera y lo bueno adentro, señaló que la identificación proyectiva e introyectiva van de la mano. Klein subrayó el hecho de que este modo de funcionamiento borra el límite entre la realidad externa y la realidad psíquica y permite que el sujeto adquiera poder –en la fantasía– sobre la totalidad o parte de una persona externa o de un objeto interno. Entendió la identificación proyectiva como uno de los conjuntos primarios de defensas junto con la escisión , la negación y la idealización , con las que se relaciona. Observó que un uso patológico de la identificación proyectiva mantiene al sujeto en una fantasía ilusoria en la que siente que puede evitar el largo y doloroso proceso de duelo descrito por Freud (1915) y así, siempre desde el marco kleiniano, impedir el paso de la posición esquizoparanoide a la posición depresiva. Wilfred Bion amplió la noción de Klein de “identificación proyectiva como fantasía defensiva” para incluir su función como una forma normal de comunicación preverbal que realmente ocurre entre la madre y el bebé . Según Bion, la identificación proyectiva es el modo principal de comunicación del bebé con la madre. El bebé proyecta experiencias no deseadas, impensables, a veces horribles (elementos beta) sobre la madre, quien las recibe y las “contiene” y, a través de su función alfa, donde la “ensoñación” es un factor importante, transforma los elementos beta en elementos alfa, que, reintroyectados por el bebé, pueden ser utilizados para la construcción de pensamientos primitivos. Por lo tanto, la identificación proyectiva constituye la base para el desarrollo de la capacidad de pensamiento del pequeño. Las teorías de Klein y Bion sobre la identificación proyectiva son fundamentales y han sido desarrolladas y elaboradas en las tres regiones de la API. En Europa , especialmente en Inglaterra, varios analistas han profundizado en la comprensión de la identificación proyectiva. En el campo de la observación infantil y en el tratamiento clínico de los niños autistas se ha descrito una etapa anterior a la identificación proyectiva (identificación adhesiva), y en los adultos se ha arrojado cierta luz sobre cómo los procesos de escisión y proyectivos de la identificación proyectiva conducen a la angustia paranoide, donde el sí mismo se siente perseguido por los aspectos agresivos y odiosos que se han proyectado sobre los objetos externos. La

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