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oscilaciones eléctricas de la línea incitadas por ondas sonoras, desde los retoños a él comunicados de lo inconsciente, esto inconsciente mismo que ha determinado las ocurrencias del enfermo.” (Freud 1912a, pp. 115-116 [115]). Así, podría inferirse que, si bien la asociación libre constituye el núcleo de la “regla fundamental” de Freud, su aplicación incluye también la parte complementaria del analista. En “Sobre la dinámica de la transferencia”, Freud (1912b) exploró la interrupción de la cadena de asociaciones libres a la luz de la resistencia transferencial. Recomendó interpretar al paciente que “…está bajo el imperio de una ocurrencia relativa a la persona del médico o a algo perteneciente a él.” (Freud 1912b, p. 101 [99]). Aquí se destaca aún más la idea de que las resistencias son inevitables, una parte esencial de todo análisis y el reverso del aspecto defensivo de los conflictos patógenos inconscientes: las resistencias transferenciales son el mayor obstáculo para una cura exitosa y, sin embargo, su correcta comprensión e interpretación analítica constituyen la herramienta terapéutica más poderosa del psicoanalista. Consciente de que las “reglas del juego” no son absolutas, Freud, al formular la regla fundamental en “Sobre la iniciación del tratamiento” (1913a), advierte: “La extraordinaria diversidad de las constelaciones psíquicas intervinientes, la plasticidad de todos los procesos anímicos y la riqueza de los factores determinantes se oponen, por cierto, a una mecanización de la técnica, y hacen posible que un proceder de ordinario legítimo no produzca efecto algunas veces, mientras que otro habitualmente considerado erróneo lleve en algún caso a la meta. Sin embargo, esas constelaciones no impiden establecer para el médico una conducta en promedio acorde al fin.” (Freud 1913a, p. 123 [125]). En 1912, se implementó la “ regla fundamental ” del psicoanálisis de Freud pidiendo a los pacientes que dijeran lo que les viniera a la mente (ideas, sentimientos, sensaciones corporales, sueños) de la forma más libre posible, es decir, sin censura. Entre 1912 y 1915, en la serie de ensayos conocidos como “Trabajos sobre la técnica”, Freud detalla la interacción entre el proceso asociativo por parte del paciente y el proceso complementario de escucha e interpretación por parte del analista: estos son los pilares que estructuran la situación y el proceso psicoanalítico. La explicación de la asociación libre al paciente al inicio del proceso psicoanalítico comienza con la indicación de cómo debe comunicarse con el analista a lo largo del análisis; en definitiva, se trata de ver cómo va a ser la comunicación entre paciente y analista. En “Sobre la iniciación del tratamiento”, Freud (1913a) escribió: “Lo único que se exceptúa es la regla fundamental de la técnica psicoanalítica … desde el principio” (ibid., p. 134).
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