Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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cambia radicalmente cuando se incorpora la perspectiva vincular (con sus variables familiares, microgrupales y culturales). Estos cambios modifican el trabajo del analista durante la sesión. Pichon- Rivière describe algunas motivaciones que llevaron al establecimiento de vínculos con otros seres humanos. Estas son la necesidad de autoconservación, la seguridad, la dependencia, la protección y la comunicación. Este autor incorporó en su teoría ideas de pensadores que se habían mantenido al margen del psicoanálisis, desde Adler hasta los culturalistas norteamericanos (Fromm, Horney, Sullivan), así como teóricos de otros campos, como Kurt Lewin, que introdujo la teoría de campo que los Baranger desarrollarían más adelante. Desde estas perspectivas, la formación de las manifestaciones inconscientes y defensivas se considera dentro de un contexto intersubjetivo. Alejandro Ávila Espada (2013) señala que una de las contribuciones clave de Pichon-Rivière a la intersubjetividad es el concepto de marco conceptual, referencial y operacional (ECRO). Este marco integra una teoría descriptiva y la dimensión operacional en el marco social de un contexto determinado. Cada agente, cada sujeto se posiciona desde su ECRO, que necesita ser identificado. Sobre la base de su ECRO, los terapeutas tienen que detectar al portavoz del grupo (es decir, la persona enferma identificada, que es el portavoz de la enfermedad del grupo o la familia) y analizar los roles, las ideologías y los malentendidos básicos que se dan en el vinculo . Al mismo tiempo, tienen que descubrir secretos familiares, mecanismos divisorios, fantasías de impotencia o omnipotencia y situaciones triangulares básicas. Además, Ávila Espada (2013) afirma que Pichon-Rivière no tuvo ningún contacto directo con los interpersonalistas (Sullivan) o culturalistas (Fromm) norteamericanos. Sin embargo, desarrolló una teoría social que interpreta a los individuos como productos de su relación tanto con objetos internos como externos. De este modo, converge, en gran medida, con Sullivan en lo que respecta a la cuestión de las necesidades como un concepto alternativo a las pulsiones y el deseo. Habla de tres tipos de necesidades: las necesidades de autoconservación y seguridad, las necesidades emocionales y la necesidad de desarrollo y realización personal y social. Según Espada, Pichon-Rivière concibe el inconsciente como un campo intrapsíquico de naturaleza interpersonal y grupal, como una cualidad de la psique constituida por una serie de patrones de comportamiento acumulados por los sujetos en relación con los vínculos en que participan y los roles que desempeñan en estos vínculos. Ana Pampliega de Quiroga (1977) afirma que Pichon-Rivière define un grupo como: “un conjunto restringido de personas, conectadas por las constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna, que implícita o explícitamente participan en una tarea que constituye su objetivo y que interactúan a través de complejos mecanismos de adopción y asignación de roles. Esta asociación de necesidades y su satisfacción, la base de toda tarea y toda experiencia de aprendizaje, define a los sujetos como sujetos de la acción,

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