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el contexto de un “pacto analítico” colaborativo, precursor del concepto posterior de “alianza de trabajo” (Greenson 1967): “Es como una guerra civil destinada a ser resulta mediante el auxilio de un aliado de afuera. El médico analista y el yo debilitado del enfermo, apuntalados en el mundo exterior objetivo, deben formar un bando contra los enemigos, las exigencias pulsionales del ello y las exigencias de conciencia moral del superyó. Celebramos un pacto [ Vertrag ; ‘contrato’]. El yo enfermo nos promete la más cabal sinceridad, o sea, la disposición sobre todo el material que su percepción de sí mismo le brinde, y nosotros le aseguramos la más estricta discreción y ponemos a su servicio nuestra experiencia en la interpretación del material influido por lo inconsciente. Nuestro saber debe… devolver al yo del paciente el imperio sobre jurisdicciones perdidas de la vida anímica. En este pacto consiste la situación analítica.” (Freud 1938/40, p. 173 [173-174]). Esto preparó el terreno no solo para delimitar la idoneidad del método psicoanalítico para individuos no psicóticos, sino también para el desarrollo del proceso psicoanalítico como una labor colaborativa, con el objetivo terapéutico de instaurar “alteraciones del yo” adaptativas, enfrentando numerosos desafíos a lo largo del camino. II. C. SANDOR FERENCZI Y OTTO RANK Ferenczi y Rank (Ferenczi 1919/1980, 1920/1980, 1921/1980, 1924/1980; Ferenczi y Rank 1924), cada uno a su manera, teorizaron y trabajaron clínicamente con pacientes traumatizados de un amplio espectro diagnóstico. Frente a la relativa pasividad expresiva del método de asociaciones libres freudiano propusieron una “técnica activa”, que consistía en realizar intervenciones activas por parte del analista. La técnica incluía: 1. Instrucciones, mediante las cuales los impulsos reprimidos se convertían en acciones manifiestas; 2. Prohibiciones, por las que, una vez que el impulso reprimido se transformaba en acción, dicha acción era detenida; 3. Establecimiento de un plazo para la finalización del tratamiento, con el propósito de facilitar el duelo por metas instintivas inalcanzables. Aunque Ferenczi (1925/1980) posteriormente abandonó la técnica activa, el eco de la controversia entre Freud y Ferenczi sobre el uso de la asociación libre aún resuena en las discusiones contemporáneas sobre la técnica psicoanalíticas, incluyendo el debate sobre la posición central o periférica de la asociación libre dentro de la metodología clínica del psicoanálisis. En la “Correspondencia entre Freud y Ferenczi”, en una carta de diciembre de 1929, Ferenczi se abre emocionalmente tras el distanciamiento y escribe que “ahora sí me siento libre”. También comienza a formular sus ideas sobre la técnica. En el “Diario clínico” (Ferenczi 1932), desarrolla aún más sus reflexiones sobre la técnica psicoanalítica, afirmando: “[c]iertas medidas demasiado rigurosas tienen que ser
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