Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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Tanto la escisión como la identificación proyectiva se emplean para gestionar el mundo interno y externo. Junto con la identificación introyectiva correspondiente, estos procesos forman un círculo mental-social que incluye lidiar con el conflicto y tener un funcionamiento mental normal. Este círculo proyectivo e introyectivo, junto con la analogía de la inhalación y exhalación respiratoria, demuestra la idea de Klein de la naturaleza innata del conflicto psíquico vinculado a las funciones mentales vitales. En este proceso el yo forma su relación inicial con los instintos conflictivos de la vida y la muerte en el ello. En su búsqueda primaria de un objeto externo que le ayude a luchar por la supervivencia, el niño proyecta sus impulsos instintivos en forma de fantasía – lo que Klein y Susan Isaacs (1952, p. 58) señalan como el corolario mental de los instintos – sobre sus objetos externos y, más tarde, introyecta esta combinación del objeto externo real, mezclado con el objeto fantaseado, en el superyó, donde empieza a funcionar como un objeto interno. Posteriormente, Klein centra su atención en la relación de estos objetos internos con el mundo externo, así como en la relación de éstos con el yo. Para comprender la complejidad de la idea del conflicto de Klein, es crucial entender que los objetos internos son la personificación de los instintos. El conflicto entre los deseos instintivos de vida y muerte crea objetos internos conflictivos ideales y persecutorios, es decir, objetos con los que el yo debe formar una relación. Para Klein, el análisis de las relaciones del yo con los objetos internos (el superyó) se halla en el centro de su teoría psicoanalítica, ya que se formula en torno a la premisa del conflicto inevitable. De esta premisa surge toda su teoría. El primer conflicto es innato: son los instintos de vida y muerte y sus manifestaciones emocionales de amor y odio que, en el círculo de proyección al mundo externo y, más tarde, de introyección al mundo interno, crean lo que Freud llamó ambivalencia emocional. Los deseos de vida y muerte crean las emociones de amor y odio que, a su vez, crean objetos buenos y malos, ideales y persecutorios, que a menudo entran en conflicto con el objeto externo real. Entonces, tenemos un conflicto de instintos, un conflicto de emociones y un conflicto de objetos internos que, a su vez, causan un conflicto dentro del yo, así como en relación con el objeto externo, el cual podría entenderse como un conflicto entre la fantasía y la realidad. A partir de estos conflictos inherentes, Klein más tarde presentó una teoría del desarrollo entre dos posiciones mentales diferentes. La forma más directa de entender estas dos posiciones mentales es considerar que están conceptualizadas en torno a un problema singular y único de la vida psíquica: el amor. La teoría de Klein es esencialmente una teoría del amor y cómo el amor sobrevive en una psique que también genera odio. Lo anterior conforma el conflicto más importante del desarrollo mental. Este posicionamiento puede entenderse si se tiene en cuenta lo que muchos pensadores kleinianos consideran el concepto clave (e implícito) del pensamiento de Klein: que el odio es más fácil que el amor. Piensen en un edificio. Puede llevar años construir una estructura, pero sólo un minuto derribarla. La construcción es compleja; la destrucción es simple. Amar un objeto que frustra implica un desarrollo complicado;

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