Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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por la conexión formativa entre los impulsos instintivos y los objetos internos del superyó. Varios años después, David Rapaport (1957) hizo un comentario sobre esta diferencia: “Desde la introducción de la teoría estructural de Freud, el interés teórico se ha centrado en la psicología del yo y ha descuidado la exploración del superyó” (Rapaport, 1957/1977, p. 686). La teoría de Klein despuntó en su artículo de 1928, titulado significativamente “Primeros estadios del conflicto de Edipo”. Klein hizo referencia al concepto del complejo de Edipo de Freud como un “conflicto” y teorizó que este complejo que para Freud se originaba en la etapa fálica, entre las edades de 3 a 5 años, tiene complejos precursores en las etapas psicosexuales anteriores centradas en cuestiones orales y anales. Para Klein, el complejo de Edipo comienza en el primer año de vida y no hay una etapa “pre-edípica” o “pre-conflictiva”. Esto plantea importantes problemas conceptuales. Por ejemplo, el complejo de Edipo hace referencia a cualquier estructura de relaciones triangular, ya que desde el momento en que el bebé reconoce al padre junto con la madre, hay un triangulo. Sin embargo, Hannah Segal (1997) señala que tan pronto como el bebé toma la decisión organizacional de separar las buenas experiencias de la madre de las frustrantes, se crea un triangulo entre el bebé y una mamá buena y mala. Esta forma de organización, que Klein llama Spaltung (del alemán, escisión o clivaje), es una de las vías primarias que tiene la psique temprana (y posterior) de gestionar el conflicto. La escisión de los objetos en dos partes, o la división de los objetos entre objetos “buenos” y objetos “malos”, son formas primarias de organizar el mundo. Las funciones de la escisión se unen a la identificación proyectiva, que en la fantasía se desprende de los elementos incompatibles de la mente y los proyecta del mundo interno al externo. Tanto la escisión como la identificación proyectiva se emplean para gestionar el mundo interno y externo. Junto con la identificación introyectiva correspondiente, estos procesos forman un círculo mental-social que incluye lidiar con el conflicto y tener un funcionamiento mental normal. Este círculo proyectivo e introyectivo, junto con la analogía de la inhalación y exhalación respiratoria, demuestra la idea de Klein de la naturaleza innata del conflicto psíquico vinculado a las funciones mentales vitales. En este proceso el yo forma su relación inicial con los instintos conflictivos de la vida y la muerte en el ello. En su búsqueda primaria de un objeto externo que le ayude a luchar por la supervivencia, el niño proyecta sus impulsos instintivos en forma de fantasía – lo que Klein y Susan Isaacs (1952, p. 58) señalan como el corolario mental de los instintos – sobre sus objetos externos y, más tarde, introyecta esta combinación del objeto externo real, mezclado con el objeto fantaseado, en el superyó, donde empieza a funcionar como un objeto interno. Posteriormente, Klein centra su atención en la relación de estos objetos internos con el mundo externo, así como en la relación de éstos con el yo. Para comprender la complejidad de la idea del conflicto de Klein, es crucial entender que los objetos internos son la personificación de los instintos. El conflicto

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