Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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1962b). La experiencia se convierte en un crisol para la verdad en función de la habilidad o capacidad de la persona de tener, involucrarse y sufrir la propia experiencia. La razón, para Bion, no es la verdad; la experiencia es lo que da significado a la experiencia emocional del individuo. El trabajo inicial de Bion se centra en desarrollar la capacidad de pensar en la experiencia emocional del individuo, mientras que su trabajo posterior se centra en el hecho de poder tener una experiencia emocional o, paradójicamente, de ser capaz de experimentar la propia experiencia. Bion (1965, 1970) distingue este estado K con el símbolo O. K representa el conocimiento de la propia experiencia, mientras que O significa el nivel más profundo de lo que somos que nunca puede ser plenamente comprendido por la mente consciente, pero puede ser experimentado. O representa lo desconocido. El conflicto es entre K y O, entre el ser y el conocimiento (Taylor, 2011; Tabakin, 2015). El conflicto del pensamiento bioniano posterior es sobre aquello que pertenece a lo conocido y lo desconocido, a la certidumbre y la incertidumbre. La postura analítica de Bion hacia el cumplimiento de su estética clínica de emergencia plantea la necesidad de crear una nueva postura del analista. Al ampliar las ideas técnicas de Freud (1912) de la atención flotante y la aceptación objetiva de lo que sea que traiga el material del paciente, Bion propone desarrollar otra mentalidad, abierta a la ensoñación, que requiera que los elementos “conocedores” implicados en la memoria y el deseo queden suspendidos (o flotantes), para que el analista pueda alcanzar un estado de “capacidad negativa” que, según el poeta Keats, se da “cuando un hombre es capaz de quedar en la incertidumbre, en el misterio y en la duda sin una búsqueda irritable de los hechos y las razones” (Bion, 1970, p. 125). De esta manera, se puede entender que Bion se moviera hacia una resolución dialéctica, una sublación , según la terminología de Hegel (Rosen, 2014, pp. 138-9), de los conflictos innatos cuando el individuo desarrolla un estado mental que tolera la interacción entre los elementos PS (esquizoparanoides) y D (depresivos) y las configuraciones significadas por Bion como PS ó D. Por tanto, Bion nunca sustituye la premisa del conflicto por la de la emergencia, sino que más bien sitúa la emergencia en relación dialéctica con el conflicto. III. E. Donald W. Winnicott Winnicott ofrece una alternativa de relaciones objetales al modelo del conflicto de la mente. En su primer libro de artículos escritos entre los años treinta y mediados de los cincuenta, “Escritos de pediatría y psicoanálisis”, Winnicott (1978) empieza a formular sus contribuciones a la dinámica del desarrollo infantil y neurosis infantiles, junto con la preocupación materna primaria , el trauma, la regresión, la transferencia y la contratransferencia. Su modelo toma como punto de partida el concepto de un estado primario del desarrollo, que él denomina un-integration (del inglés, no integración) (Winnicott, 1945). Mientras que Klein tendía a considerar que la mente primitiva estaba des -integrada por la escisión, la identificación proyectiva y otras defensas basadas en

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