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las relaciones objetales en psicoanálisis, pueden definirse como aquellas que emplazan la internalización, estructuración y reactivación clínica (en la transferencia y contratransferencia) de las primeras relaciones objetales diádicas en el centro de sus formulaciones motivacionales (estructurales, clínicas, genéticas y del desarrollo).” Estas diferencias pueden ordenarse según la amplitud que abarcan las definiciones: 1. En el sentido más amplio, la teoría de las relaciones objetales hace referencia al estudio psicoanalítico de las relaciones interpersonales, así como al desarrollo de estructuras intrapsíquicas derivadas de las relaciones internalizadas en el contexto de las relaciones interpersonales actuales y la organización y el funcionamiento general de la personalidad. En este sentido, la teoría psicoanalítica de las relaciones objetales incluiría todas las vicisitudes surgidas de la relación entre el campo intrapsíquico y el campo interpersonal. Desde este punto de vista, el psicoanálisis como teoría general es, de hecho, una teoría de las relaciones objetales. Tanto es así que se ha llegado a considerar que la teoría psicoanalítica de las relaciones objetales representa un terreno intermedio: un lenguaje “intermedio” entre el “lenguaje” metapsicológico y el clínico (Mayman, 1963; Rapaport y Gill, 1959). En América del Norte, la psicología del Yo de Schafer (1968) y Modell (1968) utilizó e integró esta conceptualización más amplia. 2. Una definición “media” y más restringida de la teoría de las relaciones objetales hace referencia a la constitución gradual de “representaciones intrapsíquicas diádicas o bipolares (imágenes del sí-mismo e imágenes objetales) como reflejos de la relación primitiva madre-hijo y su ulterior desarrollo en relaciones externas interpersonales diádicas, triangulares y múltiples” (Kernberg, 1977, p. 57). Lo que comparten todas las combinaciones es la naturaleza diádica esencialmente diádica, de la internalización dentro de cada unidad de imagen de sí-mismo y objetal, establecida en un contexto afectivo determinado. Este enfoque se basa en el trabajo de la escuela británica de Melanie Klein (1934, 1940, 1946), Fairbairn (1952), Winnicott (1955, 1958, 1960a, b, 1963) y Bowlby (1969); en los enfoques psicológicos del Yo de Erikson (1956), Jacobson (1964) y Mahler (1968; Mahler, Pine, Bergman, 1975); y también, a su manera, en el trabajo de las escuelas culturales e interpersonales (Sullivan, 1953). Actualmente, esta definición también incluye varios enfoques psicoanalíticos relacionales (S. Mitchell, 2000; Greenberg y Mitchell, 1983; Harris, 2011). Así entendida, y salvando las distancias, la teoría de las relaciones objetales coincide, a nivel metapsicológico, clínico y sociológico, con muchas de las ideas de Loewald (1978, 1988), Lichtenstein (1970), Green (1985, 2002), Rosenfeld (1983), Segal (1991), Volkan (2006) y el “tercer modelo” de algunos psicoanalistas franceses y francocanadienses.
Esta definición proporciona un “marco integrador importante que puede vincular el enfoque psicosocial a… la naturaleza subjetiva y experiencial de la vida humana… con las estructuras intrapíquicas… de la metapsicología general…”
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