Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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fuente de la pulsión. Pero si bien es cierto que esta meta última permanece invariable para toda pulsión, los caminos que llevan a ella pueden ser diversos, de suerte que para una pulsión se presenten múltiples metas más próximas o intermediarias, que se combinan entre sí o se permutan unas por otras. La experiencia nos permite también hablar de pulsiones ‘ de meta inhibida ’ en el caso de procesos a los que se permite avanzar un trecho en el sentido de la satisfacción pulsional, pero después experimentan una inhibición o una desviación.” (Freud, 1915b, p. 123 [118]). La meta de la pulsión es un tema complicado. Está directamente vinculada con el principio del placer (razón por la cual el comportamiento se explica como una búsqueda de placer) y con el placer entendido como la extinción total de la excitación ( principio de inercia ) o como ausencia de aumento en el nivel de excitación ( principio de constancia ). Objeto A través de su objeto [ Objekt ], la pulsión puede alcanzar su meta. Freud afirma: “Es lo más variable en la pulsión; no está enlazado originariamente con ella, sino que se le coordina solo a consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfacción. No necesariamente es un objeto ajeno; también puede ser una parte del cuerpo propio. En el curso de los destinos vitales de la pulsión puede sufrir un número cualquiera de cambios de vía [ Wechsel ]…” (Freud, 1915b, p. 122 [118]). Una “fijación” se produce cuando hay una ligazón demasiado excesiva entre la pulsión y su objeto, lo que impide la movilidad pulsional. El objeto presenta la siguiente ambigüedad: ¿el “objeto” designa la representación interna del objeto o al objeto externo en sí? Si se trata de la representación interna, el montaje pulsional es puramente intrasubjetivo. Si se refiere al objeto externo, la pulsión es un “constructo social” que aparece como sustento de la relación. La interpretación inclusiva, coherente con el pensamiento complejo de Freud, abarca a ambas: la representación interna se superpone al objeto externo, y viceversa. En definitiva, el objeto es interno y externo. Destinos/mudanzas En general, Freud (pp. 122, 133, 139) define los destinos/mudanzas de las pulsiones como el sometimiento de los impulsos instintivos a las influencias de tres polaridades que dominan la vida psíquica: la actividad-pasividad (la polaridad biológica); el yo/sí mismo/sujeto-mundo externo/objeto (la polaridad real); y el placer- displacer (la polaridad económica). El trastorno de un instinto hacia lo contrario (trastorno de la meta) engloba dos procesos distintos: un cambio de la actividad a la pasividad, y una inversión de contenido . El primer proceso se ejemplifica en dos pares de opuestos: sadismo- masoquismo y escopofilia (placer de ver)-exhibicionismo. La meta activa (torturar, mirar) es reemplazada por la meta pasiva (ser torturado, ser mirado). La inversión del contenido se encuentra en el caso único de la mudanza del amor en odio.

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