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los modelos psicoanalíticos posteriores, con la consecuencia de privar el sujeto introspectivo de la posición privilegiada que Freud le había otorgado. Antonino Ferro (2002), partiendo de un modelo de mente inspirado en el pensamiento de Bion, reformula las asociaciones libres en términos de reverie [ensoñación]: las asociaciones libres son derivados narrativos del pensamiento onírico diurno y las ensoñaciones son una vía de acceso directo a las imágenes de ese pensamiento onírico: Las asociaciones libres pueden considerarse la manera más adecuada de entrar en contacto con el pensamiento onírico diurno –un tipo de pensamiento que siempre opera dentro de la mente: en el paciente, es la forma de permitir que los ‘derivados narrativos’ […] tengan el menos grado de deformación posible; en el analista, es la manera de sintonizar con los derivados narrativos de su pensamiento onírico diurno (Ferro 2002, p. 375). Eugenio Gaburri (2002) considera que la capacidad del paciente para asociar libremente está relacionada con la capacidad del analista para mantener una atención flotante, de modo que ambos forman “una unidad funcional que constituye un contenedor, un campo común para los colaboradores en el trabajo” (Gaburri 2002, p. 361): una forma asociativa de pensar en el paciente surge del encuentro con la función de escucha analítica y emerge de la formación de un campo emocional común, tanto en la díada analítica como en el grupo analítico. Paolo Fabozzi (2002), teniendo en cuenta situaciones clínicas en las que los pacientes son incapaces de asociar libremente, se centra en modalidades no verbales, es decir, en formas de comunicación que denomina “evocativas”, que generan un espacio potencial y experiencias transformadoras. Claudio Neri (2002) describió las características de las asociaciones libres en contextos no diádicos, es decir, en pequeños grupos, donde las “discusiones no dirigidas” dan lugar a múltiples cadenas asociativas. Para Antonio Alberto Semi (2011), el método de asociación libre debe distinguirse de la técnica: esta última es un conjunto de reglas a seguir para realizar una tarea, mientras que el método está en el corazón mismo del pensamiento analítico, incluso en la indagación científica. Siendo tan esencial para calificar el tratamiento como psicoanalítico, la regla fundamental debe enunciarse explícita y detalladamente en el convenio establecido al inicio del análisis: “es importante que este contrato sea claro, explícito y detallado” (p. 70). De hecho, si no se expresara explícitamente “el componente seductor, necesario y siempre incluido en la regla fundamental, se convertiría en el elemento prominente, muy cercano a un acting out ” (p. 80). Un grupo de cinco autores italianos reconstruyó el trasfondo histórico, teórico y clínico del concepto y el fenómeno de las asociaciones libres: Maurizio Balsamo (2011), apoyándose principalmente en el pensamiento de Green y Laplanche, subraya la heterogeneidad de las asociaciones libres, que también pueden manifestarse en
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