Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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El modelo continente-contenido también se ocupa del desarrollo del pensamiento, como un factor de crecimiento positivo (+K) o negativo (-K). En lo que atañe al crecimiento mental, en esta relación ♂ y ♀ son recíprocamente dependientes y se benefician mutuamente sin perjuicio para ninguna de las partes, caracterizando lo que Bion denominaría, en 1962, un vínculo comensal. Según este modelo, la madre y el niño se benefician de un crecimiento mental (López-Corvo, 2002). El niño introyecta esta actividad entre la díada de tal forma que la relación ♀/♂, continente/contenido se instala dentro de sí mismo, lo que permite el desarrollo de una función que favorecerá que la personalidad se vuelva cada vez más compleja y creativa a la hora de abordar las cuestiones mentales que se le irán presentando con el tiempo. Bion emplea el “retículo integrativo” de Elliott Jaques (1960) para armar un modelo en el que “los huecos son mangas y los hilos que forman las mallas del retículo son emociones” (Bion, 1962, p. 91). El retículo también recibe “contenidos” ♂ en desarrollo, mediante un proceso que necesariamente incluye un grado de tolerancia a lo desconocido (las mangas en formación todavía están esperando los contenidos). Por otro lado, el aprendizaje depende de la capacidad ♀ de permanecer integrado mientras se expande el grado de elasticidad, como un útero que se dilata para ajustarse al crecimiento del feto (Sandler, 2005b). En una revisión del concepto en “Atención e interpretación” (1970), Bion abandona la formulación anterior (Bion, 1962) de los vínculos entre continente y contenido (amor, odio y conocimiento) y propone un nuevo enfoque que enfatiza la relación entre continente y contenido. Los tres tipos de vínculos ahora se caracterizan como comensales , simbióticos y parasitarios . Por comensal se entiende la relación en la que dos objetos comparten un tercero en beneficio de los tres, por ejemplo, los fundamentos de la cultura a la que pertenecen continente y contenido. Por simbiótico se entiende una relación en la que uno depende del otro para beneficio mutuo. En este tipo de relación, una de las partes emplea la identificación proyectiva para comunicarse y el continente transforma esto en un nuevo significado para ambos. Por parasitaria se entiende una relación en la que uno depende del otro para producir un tercero que es destructivo para los tres. En este caso, la identificación proyectiva es explosiva y destructiva para el continente. El continente también es destructivo para el contenido. El continente despoja al contenido de su cualidad de penetración y el contenido despoja al continente de su cualidad receptiva (Bion, 1970, p. 95). El vínculo destructivo conlleva el fracaso del continente/contenido: desde el punto de vista evolutivo, cuando el bebé es propenso a la agresividad o envidia desmesurada, o cuando su tolerancia a la angustia y al miedo ante una experiencia frustrante es baja, hay momentos en que la madre no puede fomentar bien el crecimiento, aunque tenga una función continente normal. Las correspondencias y acciones que la madre devuelve no son suficientes para que el bebé alivie la angustia y el miedo, por lo que se hace difícil para el bebé introyectar su función contenedora e identificarla para encajarla en una parte de sí mismo. En el caso contrario, en que la disposición del bebé es normal, pero la función contenedora de la madre resulta

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