A gosto, el octavo mes del año, lleva con- sigo una energía única que trasciende culturas y geografías. Su nombre honra al emperador Augusto, símbolo de grandeza y transformación, pero su esencia va más allá de la historia: es un mes de transición, cosecha y preparación. El Puente entre el Fuego y la Sombra En el hemisferio norte, agosto es la culmina- ción del verano, donde el sol alcanza su máxi- ma expresión antes de ceder paso al otoño. Representa la plenitud del esfuerzo, el momen- to de recoger lo sembrado y agradecer por los frutos, tanto materiales como espirituales. En el sur, en cambio, es el despertar de los prime- ros brotes tras el invierno, recordándonos que toda espera tiene su recompensa. Tiempo de Purificación y Renovación Antiguas tradiciones vinculan agosto con fes- tivales de gratitud y purificación (como la Lam - mas celta o las Feriae Augusti romanas). Es un período para soltar lastres, quemar simbólica- mente lo que ya no sirve y hacer espacio para lo nuevo. La naturaleza misma nos enseña: las hojas no caen por debilidad, sino para renacer. S ignificado U niversal del M es de A gosto
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