Decoramos nuestras casas con luces mientras ignoramos las oscuri- dades que muchos atraviesan. Lo que diciembre nos revela sobre nosotros mismos Un historiador nos diría que este mes, con toda su complejidad, nos muestra dos caras de nuestra humanidad: Nos revela la brecha entre quienes tienen mucho y quienes tienen poco, pero también despierta - aunque sea temporalmente - una conciencia sobre el otro que durante el año mantenemos adormecida. La pregunta que diciembre nos coloca frente al espejo es profunda: ¿hemos convertido estas fechas en un ritual vacío de consumo, o po - demos recuperar su sentido original de renacimiento, justicia y cuidado mutuo? A lo largo de la historia, muchas voces que pedían cambio se alzaron en diciembre, recordándonos que los mensajes originales de estas fes - tividades - justicia, luz en la oscuridad, esperanza - contienen una fuer - za potencialmente transformadora frente a un mundo desigual. En definitiva Diciembre se ha convertido en un símbolo potente de nuestro tiempo: Para algunos, representa la coronación de su éxito material. Para otros, es un recordatorio cruel de su exclusión, pero también un tiempo donde la solidaridad se hace más urgente y tangible. Su significado final, nos sugiere la historia, depende de la elección colectiva que hagamos: ¿seguiremos usando diciembre para celebrar la desigualdad,
o lo convertiremos en una oportunidad para replantearnos, como sociedad, qué valores queremos honrar verdaderamente?
Al final, diciembre nos interroga: ¿qué versión de humanidad queremos reflejar en este espejo anual que nos devuelve tanto lo mejor como lo peor de nosotros mismos?
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