AL PRINCIPIO FUE UN AL IVIO QUE MI HI JA NO SAL I ERA DE CASA. ALGUNOS F INES DE SEMANA FUE REPARADOR NO ESTAR DESPI ER- TA ESPERANDO LA HORA PARA IR A RECOGERLA. AHORA, AUNQUE SÉ QUE ESTÁ EN CASA TODO EL TI EMPO, TAMPOCO PUEDO DORMIR, NO ESTOY TRANQUILA.
UN ESTUDIO REAL IZADO POR LA UNIVERSIDAD DE CAROL INA DEL SUR Y LA DE HUAZHONG AF IRMA QUE LOS CENTENNIALS TI ENEN MI EDO DE SAL IR Y ENFERMARSE , PERO NO POR ELLOS, SINO POR SUS FAMI L IAS.
54
Made with FlippingBook Online newsletter