Otra línea de investigación que merece más atención por parte de los expertos se enfoca en las distintas fun- ciones que adoptan los gobiernos locales (p. ej. Cabrero et al., 2003). La poca conexión entre estos campos de investigación es algo que futuras investigaciones debe- rían contemplar. Recientemente, investigadores le han otorgado más atención a los procesos de planificación local a través de estudios de caso (p. ej. Olaes, 2014; González Magalón, 2019; Reyes, 2020) y algunos otros en el fenómeno de los Implan (Peña, 2012; Giottonini y Monkkonen, 2020). Otros, como Ugalde (2010), han utilizado una escala más amplia de análisis, enfatizando la fragmentación institucional y los múltiples actores que gobiernan la urbanización. Que nosotros sepamos, no existen estudios que pre- tendan documentar el impacto en las condiciones urba- nas de los cambios institucionales en el área de la planifi- cación. Para que este tipo de estudios se pueda realizar, es muy importante llegar a unas definiciones compartidas sobre los componentes de la planificación. Los investigadores de procesos urbanos en México —y en todo el mundo— se beneficiarán de un marco conceptual de la planificación compartido. Asimismo, en vez de considerar el control y orden como las metas principales de la planificación, se tendrá que trabajar para canalizar los aspectos positivos de la urbanización y las ventajas que ofrece para mejorar las vidas de los habitantes de las ciudades (sobre todo a través de la generación de recursos para el mejoramiento urbano mediante impuestos sobre suelo). Este acercamiento al tema no es fácil. Hay muchas cuestiones que se tienen que resolver y discutir. Para responder nuestra pregunta de investigación tenemos no solo que definir los componentes de la pla- nificación y medir su calidad o eficacia, sino también es necesario definir los resultados concretos que esperamos de una mejor planificación urbana. Consideramos que la planificación determina, en parte, cinco elementos fundamentales de la vida urbana: la infraestructura (p. ej. calles pavimentadas, agua, drenaje), la movilidad (p. ej. acceso al transporte público, los tiempos de viaje, etc.), la desigualdad en la calidad de infraestructura, servicios y movilidad, la forma urbana (compacidad o expansión de baja densidad) y las finanzas públicas locales. Nuestro estudio también contribuye a la investiga- ción comparativa sobre planificación y la movilidad de políticas públicas. El libro Comparative Planning Cultures muestra claramente los desafíos relacionados con rea- lizar investigación comparativa sobre la planificación (Sanyal, 2003). Sus diferentes capítulos se enfocan en La importancia de una línea de investigación compartida
distintos países y, aunque ofrece perspectivas valiosas sobre la variedad de factores que le dan forma a la prác- tica de la planificación en esos países, los acercamientos al tema resultan heterogéneos. De igual manera, la falta de un marco compartido hace imposible conclusiones definitivas. El proyecto es relevante para la investigación sobre movilidades de las políticas públicas (Porto de Oliveira et al., 2019), ya que muchas tendencias de plani- ficación en México (por ejemplo, la idea de los Implan) han sido influenciadas por las de Brasil y Colombia (Rocco et al., 2019). Recomendaciones para mejorar Además de las recomendaciones de política urbana espe- cíficas para cada municipio que estudiamos, sintetizamos recomendaciones en seis áreas distintas para autori- dades de planificación urbana en ciudades mexicanas, que tienen relevancia para otras partes del mundo. Las áreas que consideramos son: (1) Seguimiento del plan, (2) Evaluación del plan, (3) Financiamiento del plan, (4) Fortalecimiento y financiamiento de instituciones de planificación, (5) Fomento del desarrollo urbano compacto, y (6) Incorporación de procesos participativos representativos. Consideramos, con base en nuestros estudios de caso, que estos son los métodos más directos y efectivos para promover una mejor práctica de planifica- ción, además de ofrecer un rubro que el gobierno federal pueda usar para supervisar y apoyar a la planificación local. No solo se trata de pedir que los PDU tengan cier- tos elementos, sino que los municipios modifiquen sus procesos para cumplir con objetivos específicos. A continuación presentamos las recomendaciones que proponemos en las cinco áreas de enfoque: 1. Seguimiento del plan la supervisión y apoyo a la planificación local ► Actualizar los planes de forma periódica y regu- lar —por ejemplo, cada ocho años— para conectar este proceso con otras actividades del gobierno local, como el desarrollo del presupuesto, de forma sistemática y recurrente.
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