LA ECONOMÍA DIGITAL EN ESPAÑA. AVANCES Y RETOS POR REGIONES Y SECTORES
incremento del peso del VAB digital en cada uno de ellos en 2021 fue mayor en todas las ramas que la reducción del año anterior, especialmente en los sectores en los que la digitalización más se había resentido en la pandemia, con crecimientos por encima de los 4 puntos porcentuales, pero también en los que mayor resiliencia habían mostrado. Por regiones también se observa que la economía digital fue capaz de resistir mejor los efectos de la crisis sanitaria de la COVID-19, y que esta ha supuesto un efecto catalizador. Salvo en cuatro regiones (Ceuta y Melilla, Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha), en todas las demás la intensidad digital aumentó incluso en 2020. Sin embargo, lo llamativo es la aceleración del crecimiento de la intensidad digital en 2021 en todas las regiones. Destaca el crecimiento del País Vasco, en el que la intensidad digital aumentó 2,3 puntos porcentuales.
digitales se caracterizan por tener capacidad para generar efectos más allá de su aplicación directa, y, para realizar su máxima contribución a la economía, necesitan que los procesos y los modelos de negocio se transformen, así como especialistas para utilizarlas dentro de las empresas. Aquí es donde parece que no estamos siendo capaces de avanzar al ritmo necesario. En segundo lugar, el aumento del peso de la economía digital, tanto en el agregado nacional como por sectores, se explica por la intensificación generalizada del uso del capital y de los trabajadores digitales en todos los sectores, y no por cambios en la especialización productiva. Así, en todos los sectores y en todas las regiones, el principal componente que explica el mayor peso del PIB digital es la intensificación en el uso de estos factores. No se observa un cambio en la especialización hacia sectores de digitalización alta que explique las mejoras en la digitalización. Sería útil que las empresas innovadoras, productivas y que basen estas ventajas en la digitalización no se encuentren con barreras para el crecimiento (de competencia, de acceso a la financiación, etc.) y ganen cuota de mercado. Los cambios en la especialización son complicados y lentos, pero lograrlos potenciaría la digitalización intensiva que se está produciendo. En tercer lugar, se debería aspirar a que la digitalización fuese inclusiva y abarcase la mayor parte de la economía. Geográficamente, la digitalización está polarizada. Aunque en términos globales no se observa que hayan aumentado las diferencias entre las comunidades autónomas españolas, sí que es evidente que en España existen tres centros de digitalización: Cataluña, el País Vasco y, sobre todo, Madrid. Estas regiones marcan las diferencias en todas las dimensiones analizadas, por lo que desde la óptica de la política regional deberían plantearse medidas para potenciar el desarrollo de otros polos de
Síntesis de mensajes
La metodología desarrollada permite cuantificar el peso de la economía digital y analizar su evolución en la economía española, sus sectores y sus regiones. La visión global es positiva, pues los datos destacan el avance generalizado de la digitalización de la economía en su conjunto, en todas las regiones y en todos los sectores. Sin embargo, este avance de la digitalización muestra algunos desajustes. En primer lugar, la digitaliza-ción está avanzando fundamentalmente por la inversión en bienes de capital digital, más que por la transformación de la mano de obra. El nivel de digitalización en el trabajo es muy inferior, y avanza más lento. Esto es un reto para nuestro país: mejorar el repertorio de profesionales y especialistas TIC y que las empresas los incorporen en sus procesos productivos. Las nuevas tecnologías
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