El trabajador del futuro: conectado, versátil y seguro

Impacto de la innovación en el futuro del trabajo

algo que ha sido ampliamente documentado. En este sentido, la OCDE estima que el 14% de los trabajadores adultos enfrentan un alto riesgo debido a la automatización, fenómenos que afecta especialmente a los trabajadores de cualificación media, y más a los hombres que a las mujeres. Estos riesgos se concen - tran especialmente en ocupaciones con altos contenidos de trabajo rutinarios, independien - temente del nivel técnico de las tareas. Se ha encontrado, sin embargo, que dicho riesgo suele ser mucho mayor en roles de remunera- ciones medias o bajas. Sin embargo, la automatización y mecaniza- ción de procesos productivos también genera importantes oportunidades para los trabajado - res. Para bien o para mal, esta tendencia en la adopción de robots industriales, como varios estudios han encontrado, tiende a aumentar la productividad laboral, el valor agregado y los salarios de los trabajadores envueltos en dichas actividades. En efecto, los efectos de la automatización tienden a contrarrestarse a medida que ésta va creando nuevos roles y tareas en las que el trabajo “creativo, abstrac - to y humano” tiene una ventaja relativa. Así, también se observa que la creación de nuevos roles en las tareas generales de producción tiende a expandir la demanda por mano de obra, casi siempre más cualificada. En el caso de los trabajadores de ámbitos profesionales de administración, oficina y coordinación de ventas, la automatización y digitalización han creado algunas nuevas tareas importantes. Estas incluyen ocupaciones relacionadas con la programación, diseño y mantenimiento de equipos de alta tecnología, como el desarrollo de software y aplicaciones, diseño y análisis de bases de datos, y seguridad informática. En el caso estrictamente español, el mercado de trabajo también se ha visto afectado por tendencias que vienen desarrollándose desde hace décadas. La más fundamental tiene que ver con el impacto que la consolidación del

Mercado Común Europeo ha tenido en nues- tra economía y la especialización que esto ha significado para nosotros, particularmente en las áreas de servicios, agricultura y manufactu- ra de bajo valor añadido. Así, el desplazamiento observado entre sectores ha transformado los roles que el trabajador medio español ha enfrentado en las últimas dos décadas. Esta especialización se ha extendido también al género. La evidencia analizada sugiere que la media de los hombres está mucho más con- centrada en ocupaciones relacionadas con operadores de máquinas, ensambladores, arte- sanías y producción, mientras que los trabajos femeninos están básicamente asociados con servicios de diferentes tipos. El segundo gran desafío que enfrentamos es en materia educativa. España ha venido consis- tentemente rindiendo por debajo de la media europea en los exámenes de aprovechamiento escolar, de acuerdo con por ejemplo los resul - tados en las pruebas PISA reportadas por la OCDE. En 2018, España recibió la peor puntua- ción en ciencia que haya obtenido tenido desde que comenzaron las pruebas en 2000, con una media de 483, 13 puntos por debajo del resultado obtenido en 2013, lo que la colocó en una posición comparable a Lituania, Hungría y Rusia. Más aún, el porcentaje de adultos entre 25 y 34 años que no han completado el nivel superior de la escuela secundaria es del 34%, tres veces los niveles observados en otros paí- ses europeos. Es cierto que, en el otro extremo, el 43% de los adultos jóvenes españoles tienen algún tipo de educación superior, una tasa similar a la de los países más avanzados.

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