Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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La naturaleza de O en la sesión psicoanalítica ha presentado muchos desafíos conceptuales que permanecen controversiales. Los escritos iniciales de Bion sobre O indican que la situación clínica total y la experiencia emocional asociada actúan como realizaciones, o O, capaces de sufrir transformaciones. Bion escribe, “El paciente entra y, siguiendo una convención establecida en el análisis, te da un estrechón de manos. Esto es un hecho externo, que he llamado una ‘realización’. Siempre que sea útil entenderlo como una cosa en sí misma y desconocida (en el sentido de Kant) se designa con el signo O” (Bion 1965, V, pp. 137-138). Uno puede leer este pasaje en el sentido del kōan de Yun Men: Cuando camines, camina. Si estás sentado, estate sentado. Sobre todo, no dudes. Análogamente, cuando paciente y analista estrechan manos, simplemente se estrechan de manos; por encima de todo, no lo pienses (hasta más tarde). Desde este punto de vista, la situación original (O) del paciente y el analista está vacía de sentido porque existe antes de que el sentido se haya (co-)creado. En consecuencia, la situación no es directamente interpretable; es una ocurrencia en el mundo, representada por el signo O. Bion destacó que la situación clínica total siempre incluye a paciente y analista: “En psicoanálisis se deberá ignorar, por considerarla irrelevante, toda O que no sea común al analista y al analizado y que, en consecuencia, no sea accesible a transformación por parte de ambos. Toda O que no sea común a ambos no es susceptible de investigación psicoanalítica. Toda apariencia de lo contrario se debe a un fracaso en la comprensión de la naturaleza de la interpretación psicoanalítica” (Bion 1965, V, p. 169). La intención de Bion fue privilegiar el vértice observacional de la evolución ininterrumpida de la sesión como el campo primario de contacto con el paciente. Este campo define tanto al paciente como al analista como participantes-observadores. Estas consideraciones respaldan el énfasis de Bion en realizar el trabajo analítico “aquí y ahora”, más que lo sugerido por los conceptos de transferencia y contratransferencia, que son en sí mismos formas de transformaciones desarrolladas a partir de los fenómenos observados en el campo. Bion escribe que observar como un psicoanalista (a diferencia de la observación de un terapeuta cognitivo, por ejemplo) requiere el desarrollo de la propia “capacidad intuitiva” orientada de forma psicoanalítica, que es en parte moldeada por las perspectivas teóricas de uno. Escribe que mientras que “O debe estar a disposición de Ta (α) y Tp (α) … el analista debe tener una teoría psicoanalítica de la situación edípica. Su modo de entender dicha teoría debe considerarse como una transformación de la misma y, en ese caso, todas sus interpretaciones de lo que ocurre en sesión, verbalizadas o no, pueden contemplarse como transformaciones de un O que es bipolar. Uno de los polos de O es la capacidad intuitiva, desarrollada por la práctica, transformada para yuxtaponerse a lo que está sucediendo durante el análisis, y el otro son los hechos de la experiencia analítica que deben ser transformados” (Bion 1965, V, p. 170). Es decir, el analista debe determinar hasta qué punto la situación real se corresponde, o no se corresponde, con su “entrenada capacidad intuitiva” organizada, por ejemplo, por la teoría del complejo de Edipo. En el último libro psicoanalítico de Bion, Atención e

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