Balance de la primera edición de 'La escuela, lo primero'

ÍNDICE

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INTRODUCCIÓN

El cierre de escuelas en marzo de 2020 por la pandemia de la covid-19 supuso la mayor prueba de estrés del sistema educativo en su conjunto. Surgieron situaciones que precisaban nuevas respuestas y provocaron un ensayo mundial sin precedentes que impactó en más de un centenar de sistemas educativos nacionales.

La reapertura de las escuelas el curso 2020/ 2021, incrementó aún más la incertidumbre de los meses pasados. Era un curso en el que se iban a necesitar tabletas y ordenadores, plataformas y aplicaciones, pero sobre todo era necesario tejer vínculos perdidos, crear otros nuevos, dibujar mapas y alianzas, desarrollar nuevas rutinas... En definitiva, estar, ser y construir escuela, una nueva escuela, un espacio común donde aprender, compartir, vivir y convivir. Este fue el contexto que impulsó el lanzamiento del proyecto La escuela, lo primero, una experiencia que no se abordó como un proceso de formación “al uso”. La iniciativa impulsada por Cotec y con la colaboración de Escuela21 se estructuró en una primera fase como un laboratorio de innovación integrado por grupos de docentes para diseñar soluciones ante retos concretos. En una segunda fase, se crearon los laboratorios de acompañamiento y cocreación por los que pasaron más de dos centenares de profesores para compartir experiencias. En estos entornos aprendieron a trabajar en equipo y en red, a crear comunidad, y a compartir y poner al servicio de todos sus ideas y vivencias personales. El resultado de todo este proceso se plasmó en casi cincuenta soluciones innovadoras con capacidad de ser implementadas de forma inmediata en los centros educativos. Estas soluciones además dieron lugar a la reflexión sobre su implementación, a la creación de un espacio para compartir y dialogar, para analizar cómo se desarrollaba el curso, y cómo se reformulaban los procesos educativos a partir de la necesidades y exigencias. Este documento recoge el resultado de ese proceso compartido de reflexión, integrando la voz del profesorado con la visión de los expertos, y articulando un análisis sobre qué hemos aprendido en el que seguramente será el curso más complicado de la vida profesional docente.

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La organización escolar es, en realidad, la primera semilla de una sociedad, una entidad que va más alla de su función institucional y que se sabe unida por una misión común y un proyecto compartido. Aprender, colaborar y aspirar a construir comunidad han sido la primera vacuna para una escuela en tiempos de pandemia; lo fueron en un inicio desconcertante en el que el profesorado garantizó el seguimiento educativo y lo han sido en un curso marcado por la distancia, la alternancia y una acelerada digitalización. Docentes, familias y redes de escuelas han funcionado como comunidades con un claro foco en sus contactos y redes informales de transferencia de conocimiento, a través de las que escalaron las medidas tanto locales como autonómicas para atender a la situación de emergencia. En palabras de los docentes participantes en La Escuela, lo Primero, desde el primer momento de cierre, en marzo del 2020, la agenda personal, el contacto y el aprendizaje entre compañeros han sido los elementos más efectivos y los más inmediatos para garantizar la continuidad de la educación. La pandemia ha subrayado que las escuelas solo son capaces de educar con plenitud si están integradas como instituciones coordinadas junto a muchas otras en su entorno, pero reuniendo al mismo tiempo a todos sus agentes: desde los más cercanos, como las familias, los estudiantes y los docentes, hasta los allegados escolares (los abuelos, el personal de administración y servicios, las ONG, los monitores extraescolares, los trabajadores sociales, etc.), cada vez necesitados de mayor reconocimiento por su labor educativa. La construcción de comunidades educativas evidencia el compromiso del profesorado, así como el de las instituciones a su alrededor. Si las políticas educativas necesitan de políticas sociales, sanitarias y culturales con medidas y agentes concretos que acompañen a docentes y estudiantes en su crecimiento, los sistemas educativos no pueden potenciar el desarrollo pleno de sus estudiantes sin la participación y la colaboración comprometida de otros numerosos agentes constructores de la comunidad.

LAS COMUNIDADES EDUCATIVAS SON…

• Porosas. Están formadas por personas que hablan, comparten y, aunque no coincidan en todo, permiten crecer y salir de la zona de confort. Educan en todo momento y lugar, y rompen el esquema de aulas y horarios, presencial o digital, en una nube que abraza a los estudiantes y transforma a las escuelas en algo más que clases, pasillos y asignaturas.

• Flexibles. Flexibilizan el uso de los espacios, la organización de los tiempos y las metodologías aplicadas en el aula. Favorecen entornos y tiempos interactivos.

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• Facilitadoras. Comparten una visión y unos valores que las congregan con la unión de un proyecto compartido. Superan el modelo de transmisión académica y curricular de contenidos para centrarse en el desarrollo pleno de sus estudiantes. • Inclusivas. Rompen o eliminan barreras con el fin de incluir a todas las personas. Garantizan distintos niveles y posibilidades de participación y colaboración integrando agentes e instituciones con planes y acciones compartidos.

• Abiertas. Comparten experiencias de forma bidireccional: comunidad- centro-comunidad. Están conectadas y enmarcadas en su entorno y comprenden el potencial y las necesidades de su población de referencia.

LAS VOCES DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA

José María Prado Boza Profesor, Barcelona

«Uno de los mayores desafíos que hemos afrontado en estos últimos meses ha sido conseguir que la comunidad educativa no olvide la parte solidaria del día a día».

Sergio García Díaz Profesor de Educación Primaria, Madrid

«Después de esta experiencia, me gustaría que continuase la implicación de las familias; gracias a ella ha habido continuidad en el aprendizaje. La oferta de formación y las posibilidades de hacer actividades virtuales e interactivas. La cultura de compartir que se ha dado, desde la reflexión de la sociedad que se ha reinventado, superando la actitud de la crítica, para pasar al cuidado de distintos asuntos: desigualdades, medioambiente, dar una respuesta global que es de todos, no solo de las Administraciones».

Carmen Martínez Gómez Profesora de ESO y Bachillerato, Madrid

«Una comunidad educativa es buena si tiene unidad de cabeza y de corazón. Si tiene lealtad, confianza, comunicación efectiva y rectificación».

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Ainara Zubillaga Directora de Educación y Formación de la Fundación Cotec para la Innovación

«Los centros que tienen una comunidad muy fuerte son los que se mueven con cabeza de colectivo, que es lo que está marcando la diferencia en este curso. La auténtica brecha de centro es la de los centros que actúan con cabeza de colectivo con un proyecto compartido; no tiene nada que ver con los recursos y las titularidades, sí con una forma de entender el trabajo».

Carlos Magro Presidente de la Asociación Educación Abierta y director académico del Instituto Europeo de Diseño

«La paradoja está en que, porque educamos entre todos, necesitamos una escuela abierta y porosa a la sociedad, al mismo tiempo que la escuela debe encontrar la fórmula para poner distancia con lo de fuera y protegerse del exceso de demandas que le llegan».

¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?

Las comunidades educativas demuestran que están cohesionadas por medio de acciones, emociones compartidas y situaciones vividas:

• Basan sus acciones en la empatía, la colaboración y el diálogo. • Proponen actividades interetapas desde la comunicación, la transversalidad, la unión, la coherencia y la conexión entre todos. • Plantean soluciones desde la intervención de todo el personal del centro (docente y no docente). • Cuidan el proceso educativo, los trámites, el espacio, las relaciones. • Dan respuestas creativas a situaciones imprevistas. • Crean un ambiente positivo basado en la confianza y en la aceptación de las personas. • Generan identidad y sentido de pertenencia. • Buscan evitar el fracaso escolar, trabajan la confianza en el sistema y en sus profesionales y colocan al alumno como protagonista. • Crean alianzas entre la escuela, las familias y el entorno. • Se implican en proyectos de colaboración con otros agentes externos a la escuela desde enfoques como el design thinking o el aprendizaje-servicio (ApS). • Generan participación y compromiso. • Facilitan la creación y la creatividad como medios de interacción y de aprendizaje.

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Propuestas del profesorado para cohesionar la comunidad:

• Recreos de Descubrimiento, un espacio de trabajo mensual, corto (de media hora), en el que se trabajan diferentes actividades agradables y reflexivas que ayuden a construir vínculos dentro del grupo, como pueden ser los encuentros al aire libre (en un patio, una terraza, etc.)

• Sala de profesorado sin mesas ni sillas, de manera que sea un espacio donde compartir y estar con los demás.

• Plan de convivencia escolar consensuado por toda la comunidad educativa a partir de la mirada puesta en el propio entorno, los alumnos y las familias, y por medio de tutorías entre iguales, de la creación de un decálogo de convivencia, prevención y mediación de conflictos, etc.

• Línea del tiempo de nuestros eventos agradables para ir marcando los mejores momentos juntos.

• Congresos virtuales «El alumno es el ponente», en los que las familias puedan participar como público y hacer preguntas.

• Semanas temáticas (del arte, del libro, del teatro), Feria de la Ciencia o Feria de la Historia organizadas por el propio alumnado para presentar a la comunidad aprendizajes, descubrimientos o performances de expresión.

• Otras propuestas: Círculo de Igualdad, Círculo de Sostenibilidad y Espacio Proponemos (formado por delegados de todas las aulas desde Educación Infantil a 6.º de primaria).

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¿QUÉ HEMOS DISEÑADO JUNTOS?

Los proyectos que se han trabajado en estos desafíos responden a cómo generar un proceso de construcción de comunidad educativa en una situación de excepcionalidad, como es la provocada por la pandemia de la Covid-19, que permita fortalecer los vínculos y la participación entre los diferentes agentes que la componen.

Edubuntu https://laescuelaloprimero.cotec.es/edubuntu/

Encomun.es https://laescuelaloprimero.cotec.es/encomun-es/

¿Cómo ayudar a los mayores en tiempos de crisis? https://laescuelaloprimero.cotec.es/como-ayudar-a-los- mayores-en-tiempos-de-crisis/

El barrio en tus manos https://laescuelaloprimero.cotec.es/el-barrio-en-tus-manos/

La ventana de René https://laescuelaloprimero.cotec.es/la-ventana-de-rene/

El arte como creador de oportunidad y comunidad https://laescuelaloprimero.cotec.es/el-arte-como-creador-de- oportunidad-y-comunidad/

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La escuela es, junto con la familia, una de las instituciones sociales que mayor impacto tienen en el presente y el futuro de las generaciones más jóvenes y, sin embargo, el éxito de su proyecto está hipotecado a las relaciones con las instituciones de su entorno y a la colaboración recíproca. La escuela escolariza, pero la escuela sola no educa. Era obvio antes de la pandemia y se confirma con los aprendizajes desarrollados en este proyecto: La Escuela, lo Primero… Pero la escuela sola no, nunca. En los excepcionales cursos escolares 2019-2020 y 2020-2021, se fracturaron relaciones y proyectos entre la escuela y otras instituciones, aunque también se produjo el auge de la colaboración informal. Estos dos grandes ejes han definido las relaciones con el entorno, la necesidad de crear nuevas alianzas y el aprendizaje resultante. Debido a las medidas sanitarias y a las restricciones de aforos y de movilidad, los proyectos entre agentes externos se vieron pospuestos (cuando no cancelados) en su mayoría o se adaptaron a un formato digital que no siempre tuvo el alcance deseado, lo que, en cualquier caso, impactó de forma negativa en el alumnado. Un claro ejemplo fueron las prácticas de empresa de los ciclos de Formación Profesional (incluida la básica), que se vieron totalmente afectadas. Las escuelas, por tanto, tuvieron que agudizar su ingenio para encontrar soluciones. Lo cercano y conocido resultó eficiente y factible. A través de políticas locales y lazos de colaboración informal, fue posible revitalizar espacios para el estudio, abrir plazas y soportales como nuevas aulas y patios de recreo o coordinar horarios de actividades al aire libre en parques y otras zonas recreativas. Por otro lado, los lazos entre instituciones sanitarias y educativas se vieron reforzados o se generaron por primera vez. Independientemente de la comunidad o de que se pudieran haber desarrollado en algunos casos protocolos más eficaces, hubo comunicación continua sobre casos y rastreos a través de la figura del responsable Covid de diferentes instituciones y a través del personal sanitario (centros de salud, enfermeros, etc.), responsables de formar e informar a la comunidad educativa. La escuela ha echado de menos la relación con ludotecas, bibliotecas, empresas, centros de trabajo, residencias, asociaciones, eventos culturales y deportivos, etc., para exponer y compartir sus aprendizajes. Pero la escuela ha demostrado que puede y debe ser un escudo contra la inequidad y el aislamiento y, junto con las familias, ha evidenciado la importancia y el impacto positivo de educar en colaboración; así, ha despertado el paradigma y el potencial de las alianzas y el trabajo en red para crecer en sociedad.

LAS VOCES DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Juan Alfonso Belmontes García Profesor de ESO, Madrid

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«Creo que el diálogo entre escuelas del mismo entorno, en cuanto a generar un banco de recursos y oportunidades de aprendizaje en común, es una buena propuesta de cambio para mejorar la escuela. Entender la tremenda ventaja de compartir y diseñar de manera eficiente herramientas de colaboración dinámicas será una necesidad, ya que, tras la pandemia, creo que vamos a estar más cerca del alumno en el entorno digital».

Amelia Labrador Ávila Profesora de ESO y Formación Profesional, Sevilla

«Creo que estamos viviendo, más que nunca, un momento de colaboración entre docentes de todas partes. Han surgido multitud de grupos y redes que han facilitado experiencias, aplicaciones, recursos y, pese al exceso de información, que en muchos casos nos ha desinformado, creo que una de las mejores soluciones ha sido precisamente el colaborar, el poner en común, el servirnos de acompañantes unos a otros».

Sabina Gata Coronilla Profesora de Formación Profesional, Sevilla

«Creo que, tras la pandemia, van a permanecer tres grandes cambios o experiencias: el tipo de producto audiovisual y su virtualización por parte del alumnado en las redes sociales, la autoría de los productos por parte del alumnado y, por último, la apertura de nuevos foros y canales de comunicación interna en los centros educativos».

Alberto Dorado Suárez Profesor de ESO, Bachillerato y educación superior, Toledo

«Creo que disponer de recursos tecnológicos que faciliten la puesta en marcha de iniciativas con mayor versatilidad y deslocalización puede ser muy interesante para mejorar la escuela. Crear bancos de recursos o de buenas prácticas que se puedan ir mejorando con las aportaciones de más gente puede potenciar mucho más lo que se ha propuesto».

Roser Batlle Pedagoga e impulsora del aprendizaje-servicio (ApS)

«Es fundamental el enfoque de la relación con el entorno. Destacaría dos formas de verlo: el entorno como una fuente de recursos, del que se puede aprender

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mucho, y hay otra forma complementaria, que es considerar que la finalidad de la educación es cambiar el mundo, los aprendizajes tienen que empujar a los chicos a transformarlo y mejorarlo. Partiendo de la segunda posición, es viable generar complicidades con agentes del entorno, para hacerlo conjuntamente».

¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?

En este reto hemos reflexionado sobre la manera de crear alianzas con el entorno de la escuela para enriquecer su relación, el proceso de aprendizaje y la participación. Se busca potenciar en el alumnado el desarrollo de las competencias, también desde el ámbito no formal, y generar herramientas que faciliten al profesorado la búsqueda, la identificación y la conexión de recursos educativos. Los participantes identifican como posibles aliados las asociaciones (vecinales, juveniles, culturales, deportivas, sociales, etc.), las AMPA, otros centros escolares, los teatros, los polideportivos, las residencias, las bibliotecas, los museos, los centros de salud, las escuelas de música, los ayuntamientos, los antiguos alumnos, las familias, las instituciones oficiales, los comercios, etc. Dentro de todas estas posibilidades, destacan: • Las asociaciones que ayuden a la inclusión de la discapacidad desde un punto de vista vivencial y realmente integral. • Las asociaciones de tercera edad o residencias, para llevar a cabo proyectos intergeneracionales de aprendizaje y servicio. • La universidad, que puede contribuir al aprendizaje mutuo aportando herramientas y personal. Por ejemplo, puede crear un laboratorio que sirva para extrapolarlo a otros centros. • Las entidades que apoyen la inserción sociolaboral del alumnado y su entorno, aportando espacios y medios materiales y humanos para ofrecer formación fuera del ámbito escolar. • Las organizaciones de ocio, para trabajar un ocio más saludable, con la filosofía de trabajar desde la prevención. • Las asociaciones que favorezcan la reducción de la brecha digital. Como conclusión de este conversatorio, los participantes han destacado algunas fortalezas de sus centros de cara al establecimiento de alianzas y algunos puntos importantes de cara a la transferencia de los aprendizajes. Estas son las claves que han subrayado:

Mapeo de las emociones.

• Espacios polivalentes y de participación de los centros.

• Complicidad y colaboración con los organismos del entorno.

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• Visión de 360 grados del entorno desde una mirada apreciativa.

• Red y dispositivos para realizar videoconferencias y acceder a las plataformas digitales.

• Trabajo en competencias sociales fuera del aula.

• Colaboración: el valor de las ideas compartidas se multiplica.

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¿QUÉ HEMOS DISEÑADO JUNTOS?

Método Faro 4.0.: https://laescuelaloprimero.cotec.es/metodo-faro/

Conecta2 https://laescuelaloprimero.cotec.es/conecta2/

TEDsoro https://laescuelaloprimero.cotec.es/tedsoro/

Anillos de aprendizaje https://laescuelaloprimero.cotec.es/anillos-de-aprendizaje/

Kit de mapeo de emergencia para situaciones desesperadas https://laescuelaloprimero.cotec.es/kit-de-mapeo-de- emergencia-para-situaciones-desesperadas/

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El cierre de las escuelas puso de manifiesto uno de los grandes retos de los sistemas educativos actuales: la importancia de trabajar de forma autorregulada y desarrollar las habilidades necesarias para el siglo xxi. Entre ellas, la autonomía y la iniciativa personal o la aptitud para aprender a aprender son competencias transversales imprescindibles no solo para el éxito académico, sino también para el desarrollo socioemocional. La autonomía crece cuando somos capaces de aprender sobre nuestro proceso de aprendizaje, cuando nos hacemos conscientes de los mecanismos y estrategias que nos ayudan a aprender más y mejor y cuando aplicamos esos aprendizajes en otras situaciones y contextos. El camino hacia la autorregulación del aprendizaje es quizás uno de los procesos de mayor implicación cognitiva y, si bien se hizo imprescindible para garantizar la enseñanza en los meses de confinamiento y desescalada, su cumplimiento se asienta en los pilares de una educación integral, holística, eficaz, eficiente y práctica del siglo xxi. Todo indica que, para cualquiera de los escenarios futuribles de escuelas y sistemas educativos, la autorregulación del aprendizaje y la capacidad de aprender a aprender serán, junto con el trabajo en equipo, el liderazgo y la creatividad, los grandes ejes para la construcción del conocimiento y el desarrollo integral de la ciudadanía.

LAS VOCES DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Marta María Álvarez Directora y profesora de Educación Infantil y Primaria, Oviedo

«Debería cambiar la formación permanente del profesorado y el currículo. Debería considerarse lo fundamental, partiendo del interés de los alumnos, recopilando sus investigaciones y sus trabajos como evidencias de un aprendizaje autónomo y significativo, ya que, cuando un niño aprende con autonomía, sabe qué está haciendo y sabe qué tiene que conseguir al final del proceso».

Natalia Galve Roperh Jefa de estudios de ESO, Madrid

«Uno de los mayores desafíos, por una parte, es que las familias responsabilicen a sus hijos de su propio proceso educativo, haciendo ellas una labor de supervisión únicamente y, por otra, nuestra nueva relación con los dispositivos y recursos tecnológicos. Necesitamos cambiar la perspectiva de control y metodología de uso».

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David Palomo Asesor de formación y maestro, Málaga

«El fomento de la autonomía del alumnado me parece un pilar básico con muchos aspectos esenciales que se tienen que contemplar, cuidar y desarrollar en el trabajo docente. Esa perspectiva facilitará el tomar conciencia de la diversidad y el trabajar hacia una inclusión en el aula respetando las diferencias individuales».

Garbiñe Larralde Profesora de ESO, Vizcaya

«Necesitamos aprender equivocándonos, la escuela debería ser un entorno para cometer equivocaciones y aprender de los errores, para permitir el avance. No hay creatividad si no has aprendido a fomentar el error y trabajar la tolerancia a la frustración».

José Antonio Fernández Bravo Investigador sobre didáctica de las matemáticas en el Centro Universitario Don Bosco, adscrito a la Universidad Complutense . de Madrid «Un docente que impulsa la autonomía de los niños es un docente flexible, creativo, bien formado. Para guiar la autonomía tenemos que formarnos, esa autonomía hay que educarla. Hay que dejar hacer, retar, potenciar la experimentación, formular preguntas y trabajar desde la resolución de problemas. Para generar autonomía hay que creer en el que aprende, hay que enseñarla desde el cerebro del que aprende, desde sus necesidades y sus inquietudes. El currículo se debería estructurar por inquietudes, en lugar de por temas».

¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?

La autonomía en el aprendizaje es sinónimo de aprender a aprender, y los docentes que han participado en La escuela, lo primero han dejado claro en sus intervenciones que también es sinónimo de aprendizaje cooperativo, de agenda y de coevaluación, de seguimiento y colaboración y, sobre todo, de mucho acompañamiento. Los participantes han compartido tanto mecanismos que los alumnos ya poseen para aprender por sí mismos como herramientas que pueden necesitar a la hora de autorregular su aprendizaje. La mayoría de sus herramientas intrínsecas las desarrollan gracias a las vivencias y experiencias del día a día, y especialmente

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en los momentos sin control, en los que se experimentan la curiosidad, el aburrimiento, la imitación, la manipulación o experimentación, el ensayo y error, el juego, etc. Por otro lado, la creación de una agenda propia, la planificación de la semana y el trimestre, la tolerancia a la frustración ante tareas complejas, la capacidad de establecer objetivos de aprendizaje a largo y a corto plazo y la capacidad de celebrar la consecución de esos objetivos son solo algunos de los ejemplos que los docentes destacaron por su gran utilidad durante los meses de confinamiento y que se han puesto de manifiesto al volver a las aulas. Algunas características que pueden condicionar este aprendizaje, aunque no son mecanismos como tal, son la confianza en ellos mismos, sus vínculos afectivos, las vivencias compartidas con otros, etc.

Respecto a las herramientas que consideran necesarias, han seleccionado las siguientes:

• Profesores que los acompañen en el aprendizaje.

• Estructuras de aprendizaje que estimulen el pensamiento crítico.

• El porfolio como herramienta para aprender a aprender adaptada a su edad y sus posibilidades.

• El contraste con el grupo y la autogestión: técnicas de trabajo cooperativo, agrupaciones o círculos de discusión, etc.

• El aprendizaje significativo: producto-servicio.

Las técnicas de estudio.

La autoevaluación y la coevaluación.

• La gestión del tiempo y la creación de rutinas.

La gestión de las emociones.

Las herramientas de planificación.

Tras lo recogido en los puntos anteriores, y de manera conjunta, hemos elaborado un decálogo para acompañar el desarrollo de la autorregulación del alumnado:

1. Motivar a los alumnos fomentando la curiosidad y empoderándolos para hacerles sentir protagonistas de su aprendizaje.

2. Establecer rutinas de trabajo que incluyan la planificación.

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3. Promover la cultura del error: equivocarse está bien y es una oportunidad de aprendizaje, no hay que tener miedo a cometer errores.

4. Flexibilizar los recursos para que se adapten a las necesidades y a los estados emocionales de los alumnos.

5. Crear un diario del conocimiento donde se vayan recogiendo los aprendizajes cada día, de modo que se recuperen conocimientos previos y que se trabaje la metacognición.

6. Dedicar tiempo de reflexión, autoevaluación y coevaluación.

7. Conocer al alumnado y favorecer su autoconocimiento.

8. Fomentar el trabajo cooperativo.

9. Realizar una evaluación formativa, poniendo más énfasis en el feedback que en la nota numérica.

10. Generar un clima positivo.

El objetivo es trabajar la autonomía y conocer la relevancia que tiene en el autoconocimiento y la autorregulación.

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¿QUÉ HEMOS DISEÑADO JUNTOS?

Los entregables diseñados para este reto responden a cómo construir un proceso de acompañamiento del alumno que le permita, dentro de un proceso de enseñanza y aprendizaje incierto como el que afrontamos, ser autónomo en su trabajo y en su propio proceso de aprendizaje.

Diseña tu viaje de aprendizaje https://laescuelaloprimero.cotec.es/disena-tu-viaje-de- aprendizaje/

Apunta y dispara https://laescuelaloprimero.cotec.es/apunta-y-dispara-como- vas-de-autonomia/

La mariposa https://laescuelaloprimero.cotec.es/la-mariposa/

Diseña tu clase creativa https://laescuelaloprimero.cotec.es/disena-tu-clase-creativa/

Kit para CO-SER https://laescuelaloprimero.cotec.es/kit-para-co-ser/

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Un pasillo es un pasillo porque sirve para conducirnos hasta otro destino, sin embargo, ¿qué ocurre cuando un pasillo expone proyectos o evidencias de trabajos? Que se convierte en un museo. ¿Qué ocurre cuando los alumnos crean mapas mentales con rotuladores sobre las ventanas del pasillo como parte de un proyecto? Que el pasillo se transforma en un aula más. Diseñamos espacios y horarios que nos regulan. Día tras día, los espacios enmarcan, influyen, facilitan y modelan nuestras experiencias. No son neutros, son decisivos. La pandemia ha causado un doble efecto sobre la organización de los tiempos y los espacios en las escuelas. Por un lado, las restricciones de los contactos han causado un retroceso en el proceso de adecuación de los espacios a las nuevas metodologías docentes. Y, sin embargo, la flexibilización que se ha tenido que adoptar a la fuerza abre la puerta a la realización de cambios que antes se creían imposibles y que tanto pueden aportar al aprendizaje del alumnado. Muchos espacios han sido reconvertidos en aulas ordinarias, los grupos se han mantenido en sus burbujas, con horarios alternos durante la semana o escalonados para las salidas, entradas y bajadas al patio, sin salir tampoco del propio centro y con una disposición que complica, entre otras cosas, el trabajo cooperativo; los patios se han dividido en zonas, lo que ha dificultado ciertas actividades e interacciones, y hemos sacado poco partido al espacio exterior. Sin embargo, la configuración de áreas en bloques interdisciplinares y la consecuente flexibilización del horario ha sido uno de los grandes retos y aprendizajes que han permitido la adaptación metodológica y la integración de los docentes de apoyo y refuerzo. Además, se ha potenciado aceleradamente otro espacio que estaba ahí, pero del que todavía no éramos muy conscientes: el espacio virtual. Todo ello demuestra que el tiempo y el espacio están a nuestro servicio, y que ha llegado el momento de ejecutar transformaciones pensando en la salud del alumnado y conjugando estos cambios con sus necesidades de aprendizaje y éxito educativo. La mejora de la educación se consigue mediante el desarrollo consecuente, ordenado y sincrónico del cambio en la metodología y la evaluación, y también del espacio y el tiempo. Aprovechemos todos los aprendizajes y las transformaciones emprendidas en espacios y tiempos para seguir mejorando la escuela.

LAS VOCES DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Manuel Sánchez Director y maestro de Educación Infantil y Primaria, Madrid

«En esta situación límite se ha apostado, en general, por distancias e individualización, en lugar de cercanía y concienciación grupal. No sé si muchas de las medidas adoptadas generarán más inconvenientes a futuro. Las mejores soluciones han sido las relacionadas con la flexibilización de los tiempos,

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planificando por áreas, lo que ha posibilitado el avance en dinámicas metodológicas. En cuanto a los espacios, hemos apostado por sacar las aulas al exterior, pero no tenemos centros adaptados si el tiempo no es propicio».

Irene Gil Licenciada en Arquitectura, alumni de la Fundación Empieza por . Educar y profesora de matemáticas, Madrid

«Lo que no facilitemos que se aprenda en la escuela quizás se aprenda de otra forma, y no tiene por qué ser de la forma más adecuada. Romper estos esquemas temporales ayudará a permitir una personalización del aprendizaje. Deberíamos tender a espacios y tiempos más flexibles, que permitan aprender otras cosas o de otras formas».

Siro López Artista, formador y profesor especializado en creatividad, …… ..espacios educativos y comunicación, Madrid

«No puedo concebir dar clase sin acondicionar el aula, es una necesidad personal. Necesitamos espacios que estén enriquecidos con espacios y herramientas que enriquezcan el aprendizaje. El espacio nos posibilita, condiciona, impulsa y promueve el aprendizaje. Es una cuestión de ser sensibles y poner el espacio a nuestro servicio».

¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?

Para tratar la organización de los tiempos y espacios de manera flexible, el profesorado participante en este reto pone de manifiesto cambios concretos que se han realizado en sus centros, cómo influye la flexibilidad en el aprendizaje del alumnado y cómo sería una transformación de espacios y horarios ideales.

¿Qué estrategias hemos descubierto para poner los espacios y horarios al servicio del aprendizaje?:

• La atención en la creación y el aprovechamiento de espacios variados que faciliten la cooperación y posibiliten la expresión de distintos talentos: laboratorios, talleres, estudios de diseño, espacios multimedia y audiovisuales, teatros, espacios al aire libre, etc. • La rotura de las fronteras entre interiores y exteriores, integrando el exterior con el interior, usando huertos, vegetación, patios o zonas verdes como salas de aprendizaje, animando al juego y a la exploración, pero también a la lectura, al trabajo y a la investigación.

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• La apuesta por un uso funcional de pasillos y otras zonas de encuentro como espacios de aprendizaje.

• La recuperación de cajones o armarios individuales donde almacenar mochilas y otras pertenencias personales.

• La transparencia, la apertura y el compartir proyectos sostenibles con alumnos y familias.

• La renovación de estructuras de absorción acústica en sus techos y paredes para garantizar el silencio y la comunicación en función de las prioridades de cada espacio.

• El aprovechamiento de la luz natural, que afecta a nuestra motivación y visión, tanto para actividades al aire libre como para la iluminación de espacios interiores, y también como acción sostenible en cuanto al ahorro energético.

La ventilación.

• La integración de la dimensión digital de la escuela, favoreciendo la movilidad y la autonomía de los alumnos.

Efectos positivos de esta reorganización destacados por los participantes:

• Concede más importancia a la interrelación, al proceso y no al resultado.

• Favorece un aprendizaje más activo, significativo, interesante, real y cercano.

Fomenta la creatividad.

• Facilita la personalización del aprendizaje y la autorregulación.

• Posibilita un mejor aprovechamiento de los espacios y del entorno.

• Permite que entren en juego diferentes entes de la comunidad educativa.

• Permite diversos tipos de agrupamientos y de actividades.

• Desencasilla la idea preconcebida de que el aprendizaje es aburrido para que se disfrute más de lo que se hace.

Permite la codocencia.

Teniendo en cuenta estos puntos, el profesorado participante sueña con espacios armónicos, ordenados y polivalentes, con mobiliario adaptable y adaptado a los

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alumnos, así como con la posibilidad de usar espacios de otras entidades, como museos o centros cívicos; espacios compartidos con otros profesores, con una buena iluminación y que favorezcan la convivencia y permitan moverse, realizar encuentros y estar a gusto. Con horario establecido, pero con sesiones abiertas, sin limitarse a las áreas y materias preestablecidas; con la globalización del aprendizaje, itinerarios curriculares y extracurriculares; con la presencia de elementos naturales en las aulas, espacios para exponer conocimientos y recreos como espacio educativo.

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¿QUÉ HEMOS DISEÑADO JUNTOS?

dirigidos a equipos directivos y, de manera indirecta, a todas las personas vinculadas al centro educativo, y facilitan herramientas para analizar la situación del centro y así fijar un punto de partida para la transformación.

¡Para ti! Espacios para la diversidad https://laescuelaloprimero.cotec.es/para-ti-espacios-para-la- diversidad/

Dar un giro al aula https://laescuelaloprimero.cotec.es/dar-un-giro-al-aula/

Protocolo para el diseño de espacios de aprendizaje en Educación Infantil https://laescuelaloprimero.cotec.es/protocolo-para-el-diseno- de-espacios-de-aprendizaje-en-educacion-infantil/

#TiemposyEspacios https://laescuelaloprimero.cotec.es/tiemposyespacios/

D'Spacio https://laescuelaloprimero.cotec.es/dspacio/

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A mediados del curso 2020-2021, la tecnología se convirtió en el único medio para sostener la relación entre escuelas y familias. Los docentes se vieron obligados a colaborar e impulsar sus proyectos educativos en remoto, con mucha actividad, pero poca sincronización. Por más que hayamos vuelto a la presencialidad, las líneas de trabajo para mejorar y transformar la escuela van a continuar hacia una mayor integración digital, con modelos de semipresencialidad y con pedagogías híbridas que puedan garantizar una continuidad entre las experiencias de enseñanza y aprendizaje analógicas y digitales. Pero aún estamos lejos de una colaboración eficiente en entornos informatizados, pese al enorme esfuerzo realizado. Pasar a modelos de trabajo en equipo en remoto, en formato digital, no es un proceso que se pueda hacer sin un entrenamiento y un acompañamiento adecuados. Si bien el foco de la digitalización estaba, en las últimas décadas, en la conexión y los dispositivos, ahora se necesitan patrones concretos de colaboración, pautas de diálogo, espacios de trabajo, rutinas de colaboración o elaboración de documentos y proyectos digitales basados en metodologías que, al final, faciliten enseñar y aprender con nuestros estudiantes. En La escuela, lo primero hemos colaborado y creado virtualmente, con unidades de documentación en común, espacios de trabajo con distintos participantes escribiendo y diseñando a la vez y con herramientas digitales variadas para crear recursos y soluciones compartidas. ¡Incluso nos hemos disfrazado para celebrar nuestros aprendizajes y hemos tomado café juntos en salas diferentes! Experiencias como las vividas en nuestras quedadas y laboratorios de facilitación se han replicado en distintos centros educativos y de formación del profesorado de todas las comunidades autónomas. Han abierto un modelo de trabajo en el que el sistema y las instituciones necesitan seguir profundizando para hacer posible la construcción de cada proyecto educativo propio, con el trabajo colaborativo del claustro, en una realidad cada vez más híbrida y transmedia, más cargada de caminos y conexiones entre lo que ocurre en la pantalla y en la plataforma con lo que ocurre en el patio, en los pasillos y en el aula.

LAS VOCES DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Mercedes Martínez Psicopedagoga y maestra de Educación Infantil y Primaria, Barcelona

«Desde el equipo pedagógico ofrecimos itinerarios de aprendizaje con seis espacios de aprendizaje mediante Google Classroom, en el que participaron unos cuatrocientos profesores que compartían sus creaciones, experiencias, dudas y sugerencias, creando una gran comunidad. Es la primera vez que realmente nos

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sentimos conectados los siete claustros de nuestra institución a nivel nacional y aprendimos unos de otros».

M.ª Eugenia Lara Domínguez Profesora de ESO y Bachillerato, Madrid

«Los mayores desafíos han sido, por un lado, determinar la dotación tecnológica mínima necesaria para desarrollar el trabajo en remoto con un presupuesto limitado, tanto para docentes como para los alumnos, y, por otro, la adaptación de la metodología docente al nuevo medio, ya que la tecnología sin metodología no tiene sentido».

OTRAS VOCES DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Ana Hernández Directora y profesora de ESO, Madrid

«Después de la crisis de la Covid, me quedaría con la relación que tenemos ahora con las familias y su implicación, porque ahora es mucho mayor. También con la búsqueda de espacios alternativos para la docencia, la apertura de nuevos lugares, físicos y mentales».

Fernando Trujillo Sáez Doctor en Filología Inglesa y profesor titular del Departamento …. de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de …… ..Granada «Se ha producido algo curioso en las distintas realidades en las que me muevo. En los tres espacios se han fortalecido tres actuaciones: uso de canales de comunicación inmediata, que te vinculan de manera instantánea porque la vida avanza rápidamente; la presencia de estructuras de colaboración, de herramientas para poder trabajar juntos; y la búsqueda constante de repositorios donde dejar tu trabajo y compartir artefactos. Ha sido muy interesante en los espacios que eran menos tecnológicos, como, por ejemplo, la universidad, que tenía todas las herramientas, pero no se utilizaban, y hemos comenzado a manejarlas todas y de forma rápida».

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¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?

Para que un equipo colabore, sobre todo en entornos virtuales, se hace especialmente importante la organización de los encuentros con tareas repartidas y normas de comunicación preestablecidas que permitan llegar a conclusiones positivas y constructivas. Para ello, además de compartir objetivos y visión y generar motivación, hay que planificar, gestionar los tiempos y definir las herramientas que se van a utilizar, así como entrenar determinadas actitudes: empatía, escucha activa, confianza, participación, asertividad, humor, resiliencia, liderazgo compartido, mirada apreciativa, autocrítica personal y grupal, lenguaje positivo y respeto. Hay que poner a disposición del grupo los talentos de cada uno. Los participantes han propuesto una serie de recursos y medidas que poner en práctica para dar soporte a estos equipos en el presente y futuro de la escuela. Estas son sus ideas:

• Elegir bien las herramientas digitales: sencillas, que motiven y no abrumen (trabajo, comunicación, etc.).

• Cultivar las dinámicas de trabajo: ir de lo grande a lo pequeño, volver; estructurar los encuentros con motivaciones, grupos, tiempos, cierres, etc.; fomentar la cohesión y el liderazgo compartido.

• Trabajar las videoactas como conclusión.

• Utilizar repositorios de material compartido.

• Plantear espacios o eventos de formación también a través de personas externas al propio entorno laboral.

• Usar redes o foros de profesorado independientemente de su edad o puesto.

• Disponer de espacios y tiempos flexibles, de opcionalidad.

• Tener un coordinador TIC disponible para solucionar, ayudar y crear materiales.

• Crear una app que incluya mensajes diarios positivos, un calendario colaborativo, agendas personalizadas, documentos compartidos, guías y tutoriales de descarga, imágenes, fotos y vídeos, un servicio de comunicación instantánea, un almacén de ideas y creaciones, una zona de recapitulación y un tablón de anuncios para la comunidad educativa.

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¿QUÉ HEMOS DISEÑADO JUNTOS?

Los entregables ofrecen pautas específicas para facilitar el trabajo en remoto y fortalecer la colaboración. Destaca en todos ellos la necesidad de formar y ayudar, sobre todo al profesorado, con la tecnología como aliada.

Involucrando al profesorado en el trabajo colaborativo https://laescuelaloprimero.cotec.es/involucrando-al-profesor- en-el-trabajo-colaborativo/

Activos (ON) y en línea… Colaborando en entornos remotos https://laescuelaloprimero.cotec.es/activos-on-y-en-linea- colaborando-en-entornos-remotos/

E-scuela de cartas https://laescuelaloprimero.cotec.es/e-scuela-de-cartas/

Manos a la «tiza virtual» https://laescuelaloprimero.cotec.es/manos-a-la-tiza-virtual/

Agenda digital https://laescuelaloprimero.cotec.es/agenda-digital/

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La transferencia de metodologías activas a entornos digitales y semipresenciales ha vivido tres etapas clave, con características distintas, desde marzo de 2020:

1. Fase reflejo. Con el confinamiento y con el cierre tan abrupto de las escuelas, los docentes se vieron obligados a improvisar la enseñanza en línea. En este primer momento, la supervivencia obligó a reproducir la enseñanza en el medio digital como si aún continuase siendo presencial. Los centros educativos mantuvieron sus rutinas, sentaron a los estudiantes frente al ordenador y vivieron exactamente el mismo horario y las mismas asignaturas que habrían cursado de seguir acudiendo al centro. Se mantuvieron las agrupaciones, y las sesiones de clase se caracterizaron por juntar a todos los escolares en la misma sala digital, como si del aula se tratara. Allí el docente apostaba por animarlos, compartir su día a día, preguntar por su estado anímico y sus preocupaciones, presentar contenidos y hacer un seguimiento de las tareas propuestas. El modelo de replicación llegó a tal punto que se respetaron incluso los horarios de recreo como tiempos de desconexión en casa. Con esta propuesta, el seguimiento entre alumnos y docentes se hizo muy complicado y, aunque fueron muchas las escuelas que intuyeron tras las primeras semanas que este ritmo no podía sostenerse, solo algunas transformaron su metodología y avanzaron tomaron la decisión de transformar su metodología y avanzar hacia una fase más activa para mejorar el aprendizaje. 2. Fase de activación en digital. Con la confirmación de que el curso 2019- 2020 no volvería a la presencialidad y con la publicación de los criterios y procedimientos de evaluación aprobados por el Ministerio de Educación, los docentes con mayores posibilidades y competencia digital se embarcaron en el desafío de sacar el máximo partido a la enseñanza y empezaron a buscar recursos electrónicos que se pudieran realizar en colaboración con las familias. Si bien muchos de estos cambios se dieron siguiendo el mismo horario escolar que antes de la pandemia, con cada profesor en su hora, este avance metodológico supuso una mejora significativa. Los docentes empezaron a conjugar los libros de texto con recursos, materiales y vídeos en línea, alternando variedad de soportes y ofreciendo a los estudiantes distintas actividades con las que demostrar sus conocimientos. En algunos casos, se llegó a crear proyectos interdisciplinares digitales, mezclando salas y cursos, conjugando el aprendizaje basado en proyectos con listas de reproducción de recursos educativos y paisajes de aprendizaje, e incluso tareas gamificadas. Mientras que muchos centros cerraron el curso escolar 2020-2021 en la fase reflejo, algunos docentes y menos escuelas se activaron en digital y ganaron aprendizajes para la nueva normalidad, que se abría paso hacia la semipresencialidad de la tercera fase.

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3. Fase de transformación: de la alternancia a la hibridación. Con el comienzo del curso 2020-2021, los estudiantes volvieron a la escuela. Tras los primeros meses de miedos e incertidumbre, se demostraron los beneficios de la presencialidad y la ausencia de brotes generalizados en las escuelas, lo que poco a poco las condujo hacia una nueva normalidad. Los centros han ejecutado con escrupuloso rigor todas las medidas sanitarias posibles (ventilación, mascarillas, alternancia de grupos, creación de grupos burbuja, elección de coordinadores Covid, separación de patios y tiempos de recreo y un largo etcétera) y han trabajado para desarrollar sus proyectos educativos e impartir el currículo escolar apoyándose en la tecnología para hacer fluida y continua la alternancia. La posibilidad de grabar las clases o de compartir las actividades y los contenidos en digital permitió dividir los grupos y continuidad una rotación de días de asistencia presencial. Por otro lado, los profesores de refuerzo, impulsados por las comunidades autónomas, permitieron el desarrollo de trabajo por ámbitos y la transformación del horario para evitar el cruce de clases y docentes. Tras dos cursos escolares muy complejos, los aprendizajes del profesorado y las escuelas en su transformación metodológica nos han dejado un gran ejemplo de buenas prácticas con el que seguir aprendiendo y mejorando la educación para cuando todas las olas de contagios formen parte de nuestro pasado.

LAS VOCES DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA

María Begoña Codesal Patiño Coordinadora TIC y profesora, La Coruña

«En la escuela, me gustaría mejorar la metodología de trabajo. Adaptarla a las nuevas necesidades y a los nuevos conocimientos que requieren nuestros alumnos. Hacer una escuela más sostenible y cercana, aprender de lo que nos rodea. Buscar soluciones eficaces contra problemas cercanos. Ayudarnos de las herramientas digitales para ello. Apuesto por un cambio de metodología, y para ello es necesario que los docentes nos formemos».

Charo Ramírez Leal Profesora de ESO, Córdoba

«Todos los docentes estamos preocupados por acceder a todo nuestro alumnado, pero en algunas ocasiones no lo hacemos como deberíamos, ya que seguimos enfocados en comunicar conocimientos, conceptos, y no en competencias o

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